Con esta actuación la Consejería de Cultura acota la protección del castillo y, por lo tanto, se garantiza que la fortaleza bajomedieval no sufra alteraciones que pudieran afectar los valores propios del bien, a su contemplación, apreciación o estudio, tal y como contempla la Ley de Patrimonio Histórico Andaluz (14/2007, de 26 de noviembre). Además, evitará que se realice cualquier actuación en el entorno de la fortaleza sin que antes haya sido autorizada por las instituciones competentes en la conservación del mismo.
El castillo de Gibraleón goza de protección desde 1949, a través de la primera iniciativa para dotar a la arquitectura defensiva de una normativa de carácter jurídico que permitiera su tutela, una normativa por la que quedaron protegidos los castillos españoles. No fue hasta 1985 cuando pasó a tener consideración y a denominarse Bien de Interés Cultural, por la Ley 16/1985 de 25 de junio del Patrimonio Histórico Andaluz. Además, está inscrito en el Catálogo General de Patrimonio Histórico Andaluz en virtud a nueva Ley de Patrimonio, la misma que aconseja que todos los Bienes de Interés Cultural estén delimitados y tengan un entorno de protección.
La fortaleza está conformada por un recinto amurallado de planta trapezoidal que se asienta sobre un pequeño cabezo de tierras rojizas y origen marino fluvial, y por su ubicación, en el margen izquierdo del río Odiel, desempeñó un papel estratégico en la custodia del camino entre Sevilla y Lisboa por tierra, así como por el paso del río.
La importancia de esta fortaleza olontense reside en su valor histórico, ya que contiene registros fundamentales para conocer el origen y la evolución de la villa y en su valor simbólico, puesto que forma parte del imaginario colectivo.