Artificieros del núcleo de buceo de la Armada se movilizaron en las últimas horas hasta Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) después de que operarios del muelle pesquero de Bonanza de la localidad localizaran un posible artefacto explosivo, que resultó ser un señuelo inocuo de los usados para engañar a los sistemas de guiado de cohetes militares.
En un comunicado, la Subdelegación del Gobierno en Cádiz explicó que el citado elemento fue localizado a sobre las 14,30 horas de ayer encima del pantalán Sur de dichas instalaciones portuarias, estimando quienes lo encontraron que podía tratarse de algún tipo de explosivo castrense.
La Guardia Civil estimó que el dispositivo debió ser traído por algún barco, que lo engancharía con artes pesqueras y cuya tripulación optaría por abandonarlo en dicha zona creyendo que se trataba de chatarra, aunque este extremo está aún pendiente de confirmación oficial.
Una vez que el personal portuario dio aviso al referido Instituto Armado, procedieron al acordonado preventivo de la zona donde se encontraba el dispositivo, que era un cilindro de 1,20 metros de longitud por 15 centímetros de diámetro y estaba pintado en color verde.
Una patrulla de la Guardia Civil, desplazada al lugar del hallazgo, comprobó que dicho objeto tenía en su parte anterior un hueco de unos 20 centímetros de profundidad, cubierto con una tapa negra de la cual salían dos cables.
El Instituto Armado reportó el hallazgo al Mando de Acción Marítima de la Zona de Cádiz cuyo jefe, el contralmirante Francisco Hernández Moreno, resolvió el envío a la zona de un equipo de la Unidad de Buceadores de la Armada del Mando de Acción Marítima en Cádiz, un grupo integrado por artificieros navales, entrenados para neutralizar proyectiles tanto en superficie como bajo el mar.
Según explicó, estos expertos son los encargados de actuar en caso de hallazgo de artefactos de índole militar, debido a que los componentes explosivos y mecanismos detonadores de estos ingenios son bastante diferentes de los de fabricación terrorista.
Los artificieros navales comisionados a Sanlúcar examinaron el ingenio y descubrieron que presentaba una inscripción con sus características de modelo, lote y registro de asignación, así como la inscripción en inglés 'IR-Decoy'. Esta clave designa a un señuelo que genera una emisión puntual de rayos infrarrojos, al objeto de engañar a los sistemas de guiados de cohetes aéreos o navales.
El ingenio, que "no entrañaba ningún riesgo de explosión a tratarse de un mero sistema de engaño de una sola utilización", fue trasladado por los miembros de la Unidad de Buceo de la Armada hasta su base en la Estación Naval de Puntales, en Cádiz, en cuyas dependencias se procederá al pertinente estudio para determinar su procedencia.
Finalmente, la Subdelegación del Gobierno indicó que es "frecuente" que los cambios de corrientes arrastren por los fondos arenosos, hasta las aguas más someras de la Bahía de Cádiz, envueltas y casquillos de señuelos o de proyectiles antiguos que han caído en un área de ejercicios aeronavales del Golfo de Cádiz, situada a 120 kilómetros al Este del Faro de San Sebastián y a unos 45 mar adentro al través de Mazagón (Huelva).