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Otra vez Antonio Salas Sánchez

La idea rápidamente prosperó y se extendió en los medios y ya cuenta como se ha citado anteriormente con más de mil firmas a las que también se han unidos los clubes Isla de León y San Fernando

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  • El campanario del Santo Cristo -

Los acontecimientos me obligan a interrumpir de nuevo el descanso que anuncié en esta sección hasta la apertura del curso cofrade. Y lo hago -otra vez-  por la misma razón anterior: hablar de ‘Antonio Salas’. Ya que oportunamente tuve la triste ocasión en esta misma página cofrade de glosar a grandes rasgos -su figura- y cómo no, narrando el dolor y el impacto que provocó en la Isla su fallecimiento.

Por tanto saliendo al paso después de leer el cariñoso artículo que recientemente, Jordi Agabo, ha publicado dedicado a Antonio en otro medio, me obliga como no puede ser de otra manera, a unirme al espíritu de dicho artículo totalmente de acuerdo con él no solamente en el plano sentimental, qué también, sino en las iniciativas que se proponen, de las cuales, se llevan ya recogidas más de un millar de firmas.

Dos son las iniciativas más importantes para perpetuar el recuerdo y la memoria de Antonio. Una; organizar un torneo de hockey que lleve su nombre. Y otra; cambiar el actual nombre del campo municipal de hockey, Pablo Negre, por el suyo propio.

Según cuenta Jordi en su citado artículo, la idea surgió el mismo día después de su funeral. Y sus promotores no fueron otros, que los conocidos ‘Niños de la Salle’ y sus compañeros de equipo en el hockey isleño. La idea rápidamente prosperó y se extendió en los medios y ya cuenta como se ha citado anteriormente con más de mil firmas a las que también se han unidos los clubes Isla de León y San Fernando, a las que también me uno y al mismo tiempo, desde aquí, solicito una petición pública, para que esas firmas se incrementen todo cuanto se pueda, para que estos proyectos salgan adelante con el loable deseo y el propósito de homenajear como se merece a nuestro querido y recordado Antonio.

Antonio Salas, sigue diciendo Jordi, evidentemente no descubrió el hockey en la Isla, pero sí le dio vida; inyectándole la fe y la ilusión necesaria para su pronta renovación. Y sobre todo la recuperación en las horas más bajas de este deporte (a punto de desaparecer) allá por los años 80. Y fue un entrenador, pedagógico, docente y participativo; enseñándoles a sus pupilos, la obediencia, la disciplina y el buen comportamiento en el juego, pero sobre todo: la lealtad, la honradez y el amor por este deporte.

Solicitó también a la Federación Española de Hockey, debido a su pasión,  a su amor y a la inquietud demostrada por este deporte,  la creación de una Escuela en principio con niños del colegio de la Salle; formada con unos niños de diez años, que pronto se transformaron en más de 500. Y que por añadidura fueron sin duda el semillero de su recuperación y la base de la continuidad hasta hoy del hockey y de la Escuela Municipal isleña.

Finalmente decir que este breve artículo tiene como objetivo exclusivo, agradecer públicamente a Jordi Agabo su sentido artículo: ¡Gracias Jordi, Antonio se lo merece! Y reiterar la solicitud y el apoyo de todos ustedes -queridos lectores- para que  vuestros votos colaboren y ayuden también a que estas dos iniciativas salgan adelante con buen pie, aunque aquí convendría decir mejor -como supongo que Antonio hubiera dicho- con un buen y certero golpe de Stick.

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