La cantante de jazz y R&B Natalie Cole falleció el día de Nochevieja en Los Ángeles a causa de complicaciones cardiacas a los 65 años, después de una vida musical tras los pasos de su padre: Nat King Cole.
Natalie nació en 1950, un año antes de que su padre se consagrara definitivamente como uno de los grandes del jazz con "Unforgettable".
La niña creció en el seno de la realeza del jazz, con su padre en la cumbre y su madre, Maria Hawkins Cole, como voz de Duke Ellington.
Por su casa de Los Ángeles pasaron Peggy Lee, Danny Thomas, Lena Horne, Dorothy Dandridge, Ella Fitzgerald o Louis Armstrong, lo que la predestinó para una carrera de éxito en el negocio de la música.
A los seis años grabó con su padre un álbum de canciones navideñas, y cuando a los quince años su padre falleció de cáncer recibió uno de sus más duros golpes.
Con solo 25 años le llegó su primer gran éxito con el single "This Will Be (An Everlasting Love)", que en 1975 fue éxito de ventas, le procuró dos Grammy y la convirtió en referente del R&B.
El legado de su padre lo revivió en 1991 con el álbum de versiones "Unforgettable ... With Love", que se encumbró con seis Grammy y vendió 14 millones de copias en todo el mundo.
Ese éxito la redimió de una juventud marcada por la adicción a la heroína hasta los años ochenta, de la que se recuperó, pero que le dejó secuelas en su salud.
En 2008 le fue diagnosticada la hepatitis C, y un año después tuvo que someterse a un trasplante de riñón, que la debilitó para siempre y puso pendientes de un hilo sus giras.
Cole se había visto obligada a cancelar varios conciertos en los últimos tres meses por problemas de salud y tuvo que ser ingresada de nuevo en plenas festividades de Navidad.
Tras su muerte, personalidades de la música R&B, el espectáculo o líderes destacados de la comunidad negra, como el reverendo Jessie Jackson, celebraron su figura y sus indiscutibles aportaciones a la historia de la música.