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La tribuna de El Puerto

Los robots y el desarrollo infantil

Sorprende lo que puede ofertarse a los niños como actividad extraescolar, un buen ejemplo de ello es la robótica educativa

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Sorprende lo que puede ofertarse a los niños como activi-dad extraescolar, un buen ejemplo de ello es la robótica educativa. Desde un punto de vista científico los robots son artefactos mecánicos controlados cibernéticamente, máquinas programadas para realizar una o varias tareas concretas.

Aunque la ciencia-ficción nos los suela presentar como artefactos que con o sin aspecto humanoide elaboran y realizan retorcidos planes. Como sucede con los dinosaurios, la fascinación por los robots despierta la curiosidad e imaginación de los niños gracias a la magia que encierran unos artilugios capaces de hacer cosas aparentemente sin la intervención humana. Los adultos sabemos que esto no es así.

Al decirle a un padre lo interesante que sería que su hijo adquiriese nociones de robótica, debemos hablarle de como el aprender a elaborar programas para controlar máquinas diseñadas por ellos mismos, es algo más que entretenerles construyendo robots para que hagan lo que ellos quieran: la robótica es ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas.

El gancho inicial que supone para un niño poder manipular (y a veces construir) artilugios mecánicos capaces de actuar de forma más o menos autónoma, solo es el final de un proceso durante el cual ese niño adquiere y desarrolla numerosas habilidades y competencias.

Las actividades de robótica educativa plantean al niño retos frente a los que debe aportar soluciones elaboradas junto a otros niños, facilitándole la capacidad de trabajar en grupo, fomentándole la confianza en si mismo y enseñándole a manejar la frustración que supone el equivocarse. Por supuesto también se divierten aprendiendo a programar y construir robots sencillos.

Aunque los niños no lo saben, muchos de los juguetes que interactúan con ellos, realizando acciones de forma autónoma, son robots. Además de disfrutar con ellos, esos artilugios despiertan la creatividad e imaginación infantil. Imagínense lo que sucede cuando un niño aprende las reglas para hacer que un juguete funcione como y cuando el quiera. Eso es parte de la robótica educativa.

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