Luis Ángel Íñigo
Tras el “diluvio taurino” que nuestra localidad ha padecido durante los pasados años, por fin veo los primeros rayos de sol. La noticia de la “reapertura” de la Plaza Real para los entrenamientos de los profesionales y Escuela “La Gallosina”, es como si la “paloma de la paz” se hubiese posado sobre el Palco Real, esta vez con una ramita de romero en el pico, lo que significa que las aguas han cesado y todo vuelve a la normalidad.
Pero aún quedan algunas nubes, en forma de dudas, que me dan temor y no me dejan abandonar el “arca” en la que me embarqué cuando nos asoló la borrasca Equltauro, y en la que he encontrado refugio durante los dos años que ha durado la denominada Reyma, ambas culpables del diluvio antes mencionado.
Tres de estos cumulolimbos (nubes que forman las tormentas) que aún me no me dejan desembarcar son: ¿Cuándo se “embarcará”, “reconocerá” y “lidiará” el ansiado Pliego de Condiciones?, estamos ya a final de enero y aún está en los “cercados” del Ayuntamiento esperando que los “veedores” den el visto bueno.
Este retraso puede dar pie a que el que sea nuevo empresario de El Puerto, ponga la excusa de “falta de tiempo para organizar una temporada íntegra”, frase que ya ha quedado grabada en el léxico taurino portuense.
Como miembro de junta de dos Asociaciones Taurinas como son la Asociación de la Asamblea Taurina de Cádiz, de la que soy vocal, y el Espacio Cultural Taurino/Flamenco “De Sal y Oro”, en el que ocupó el cargo de secretario; me consta que al menos estas dos entidades hemos remitido al Sr. D. Álvaro Manuel González Rodríguez (Concejal Delegado de Plaza de Toros), sendos escritos solicitándole la concesión provisional de uno de los bodegones para cada entidad hasta que las obras de remodelación y explotación de los mismos no se lleven a cabo. Pues bien hace ya más de un mes desde dicha petición y aún no hemos recibido respuesta alguna.
Para terminar corren por los “mentideros” de nuestra localidad que varias asociaciones no vinculadas al Mundo del Toro, también quieren instalar sus sedes en estos bodegones.
Espero que el Sr. Concejal “de al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”. Una vez disipadas estas tres “nubes negras” sin duda alguna volveré a pisar tierra firme, taurinamente hablando.
