La sabiduría de Snoopy
Ya me lo decía mi amigo Antonio Benjumea (ex médico del Cádiz CF, discípulo del gran Copano y traumatólogo de prestigio, en una palabra, magnífico profesional y mejor persona), ya me lo decía -digo-, que no jugara más al fútbol, que ya a los einta y tantos el fútbol no da más que problemas.
Pero al final por no hacerle caso he tenido que dejar el fútbol por las bravas y héteme aquí jugando al tenis, que también inventaron los ingleses.
Otro buen amigo mío Juan Carlos Retegui se presta a enseñarme. Nunca había aprendido la técnica de este deporte de la raqueta que tanto ha gustado en España desde Santana hasta Nadal, tan sólo me había puesto a dar raquetazos como el que caza moscas, sin advertir en posturas ni poses ni posiciones. Procuro seguir los consejos de mi amigo, pero, caray, cómo cuesta. A esto que me anima: "date cuenta que al aprender la técnica, todo lo anterior que habías asimilado se te irá a pique", me dice como un séneca del tenis. Ni que lo dudes, cuanto más me esmero en mejorar la técnica, peor juego, porque aquellos golpes mal aprendidos eran todo mi sostén para jugar a este deporte. Compruebo que por momento lo hago peor.
Mientras trato de mantenerme erguido, darle a la pelota a la altura de la cadera, mantener el brazo separado del cuerpo y en movimiento armónico con el cuerpo y evitando mirar la red de frente, sino de soslayo, me viene a la memoria una viñeta del genial Snoopy que está acostado bocaarriba en su postura habitual y dice de una forma reflexiva: "justo cuando me aprendo todas las respuestas de la vida, me cambian las preguntas".
Juan Carlos, picha, vamos a dejarlo ya por hoy, que tengo la ídem hecha un lío. A ver si asimilo esto y la semana que viene te puedo ganar siquiera un punto.
La frase de Snoopy removida con las enseñanzas de mi amigo me lleva en definitiva a considerar algo todavía más general como forma de funcionar la naturaleza. Cuando tratamos de arreglar algo se nos desmonta todo el sistema preconcebido, y se nos va al traste lo previamente asimilado (drives viciosos y liftados viciados).
Llevado al campo de la Medicina este principio tiene claros ejemplos. Como lo que pasa con nuestros organismos cuando tratamos de corregir sus viejos defectos. Cuando empezamos a limpiarlos primero se escacharra más antes de empezar a funcionar mejor.
Como homeópata sé que esto ocurre, que el enfermo antes de mejorar tiene que desarreglarse. Vivimos en tiempos que no esperamos nada, todo lo queremos a pedir de boca y con 100% de eficacia. Pero la vida no está hecha así, como un robot. La vida está más hecha como dice Juan Carlos, o como dice Snoopy, de otros principios. Para arreglar algo primero hay que descomponerlo. Y parece que vas para atrás, pero en realidad es un impás para mejorar.
Al final entre lo que tratamos de mejorar y lo que tenemos asimilado se hace un pacto, resultando una media entre ambos valores. Harto de listillos necesitamos hoy más que nunca la sabiduría de Snoopy.
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