Una vez más, y ya son unas cuantas, la Unión Europea ha sacado los colores al Gobierno de España en una cuestión esencial de nuestra democracia como lo supone la renovación del Consejo General del Poder Judicial, es decir, el órgano de gobierno de uno de los Poderes de nuestro Estado de Derecho.
Y es que ya se lleva bastante tiempo la composición de este órgano sin ser renovado una vez que se ha cumplido con creces su mandato.
Una de las cuestiones más demandadas por parte de la ciudadanía en las diferentes encuestas de opinión es la necesidad de despolitizar la Justicia, de separar claramente lo que son el Poder Ejecutivo y el Legislativo del Judicial con el fin de garantizar una objetividad total en las resoluciones que nuestros órganos judiciales realicen.
Por supuesto que las decisiones de la Justicia y de nuestros jueces siempre son acordes a Derecho y con total profesionalidad. Eso no hay que ponerlo nunca en duda y se deben acatar las decisiones judiciales pero, sin lugar a dudas, como la mujer del César no sólo debe serlo sino también parecerlo, no estaría de más que se lograse un acuerdo por parte de partidos serios y constitucionalistas para dicha renovación.
Hasta ahora no se han puesto de acuerdo Partido Popular y PSOE dada la presencia de un tercer protagonista como lo supone Unidas Podemos. Esta presencia ha llevado a una excusa por parte del PP para no llegar a un necesario acuerdo en este sentido.
Pero toca una altura de miras y, como les digo, se necesita un acuerdo para la renovación del CGPJ en serio.
¿En qué consistiría esa reforma en serio que les propongo hoy? Pues sería una reforma que conllevase un ejercicio democrático de consenso y puesta en común de la necesidad de abordar que los que dirigen a los jueces se elijan por igualdad, mérito y capacidad.
No sólo eso. También se debe garantizar que sean ellos los que elijan a sus mejores, a los que estén en mayor medida capacitados para ocupar dichos cargos.
Se que esta labor es complicada. Es acabar con un privilegio que siempre han tenido los grandes partidos en nuestra democracia que se repartían sillones en función de como soplase el viento. Esto debe acabarse. No se debe seguir por esa línea en tanto que el descrédito de las instituciones puede ser importante de cara a la ciudadanía.
No lo digo yo, la propia comisaria europea de Valores y Transparencia ha indicado que esta reforma debe hacerse ya u que la mayoría de los vocales sean escogidos por jueces y magistrados. Es más, la propuesta que estaba en nuestras Cortes Generales ha estado a un paso de acabar en el Tribunal de Justicia de la Unión Europea debido a la importantísima injerencia política en la Justicia.
Altura de miras y voluntad política es lo que necesita este país y esperemos que esta sea la primera de las reformas importantes y necesarias para que España camine por otros derroteros diferentes a los que nos han llevado los partidos mayoritarios. Lo contrario sería seguir dando pólvora a los populismos que pueden traer un enorme daño a nuestro país con políticas imposibles de abordar tal y como se ha visto en el posible enjuiciamiento de Salvini por su actuación de bloqueo del barco Open Arms.
