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Arcos

Arcos vive su máxima devoción en una ‘Madrugá’ como Dios manda

Miles de personas de toda condición acompañaron al Nazareno en el recorrido más largo y duro de la Semana Santa

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Procesión del Nazareno.

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No se entendería una Semana Santa en Arcos sin la presencia de Nuestro Padre Jesús Nazareno. La imagen más venerada, como se dice desde antaño en las crónicas cofrades, convocó a las dos de la madrugada del Viernes Santo a miles de personas en torno al templo de San Agustín, aquellas que asistieron como público espectador, pero también a aquellas que realizarían la clásica promesa acompañando a las sagradas imágenes; todo en una estampa de máximo fervor popular.

La procesión comenzó así a discurrir por el casco antiguo para, poco a poco, alcanzar la parada obligada en la carrera oficial en la plaza del Cabildo, donde las autoridades y representantes de las hermandades esperaban el cortejo con toda la solemnidad que este detalle confiere a la Semana Santa local.

El dorado paso del Señor lució con exorno de rosas rojas salpicadas con otras flores variadas, un bello monte silvestre que alfombró al Nazareno vestido con túnica morada. Tras su sagrada imagen, los ‘armaos’ de la hermandad pusieron ese toque costumbrista y tan típico de la Semana Santa arcense, con movimientos amenazantes que tanto impresionan al público al son del tambor.

Luego, tras los habituales tramos de nazarenos, el paso de la Santa Mujer Verónica se mostró con un novedoso exorno floral a base de verónicas y azucenas moradas. Su símbolo es, no obstante, el pañuelo que muestra el rostro de Cristo signo del sufrimiento del Señor. El tercer paso que cerró el cortejo mostró a Nuestra Señora del Mayor Dolor y Traspaso con flores blancas, símbolo de la pureza de la Virgen María, una dolorosa que llora el martirio de su Hijo camino de la cruz acompañada de San Juan Evangelista. Es preciso destacar que las flores lucidas en los tres pasos fueron donadas en gran medida por los propios hermanos desde el pasado Martes Santo, un detalle con el que la hermandad implica a sus bases en el montaje de la procesión.

El amplio cortejo se hizo acompañar en la madrugada por la Banda municipal de Música Vicente Gómez Zarzuela, una vez más con su buen hacer acompañando a Nuestra Señora del Mayor Dolor y Traspaso, y haciendo lo propio con la Santa Mujer Verónica una banda llegada desde Rota. En este apartado musical, ya por la mañana y a la altura de la parroquia de San Francisco, se incorporarían  las agrupaciones musicales de Osuna y Olvera. Pero en este apartado es preciso citar con mayúsculas la plegaria al Nazareno en la calle Corredera, en la fachada de la antigua iglesia de San Miguel, a cargo del remozado grupo Los Flamencos de la Peña, en uno de los momentos más esperados en la ‘Madrugá’. Una plegaria que cumple nada más y nada menos que medio siglo gracias en gran medida a la labor de Manolo ‘Zapata’. De hecho, esta singular saeta con música se presentaba este año como ’50 años de plegaria’ y con un grupo que, a pesar de mantener al frente a Zapata y a Manolo ‘El del Plástico’, ha ido renovándose constantemente, en los últimos años con la incorporación del guitarrista Enrique Duarte y el cantaor ‘El Gamba’.

Del mismo, el momento en que los tres pasos llegan a la plaza de La Caridad donde la procesión se da un respiro antes de regresar de nuevo, Matrera arriba, al templo de San Agustín, amén de las bendiciones que Nuestro Padre reparte para la esperanza de todo Arcos, la última de ellas a la entrada del Alcalde Perpetuo de Arcos en su morada.   

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