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Martes 16/04/2024  

Desde el Baluarte

Prudencia

La prudencia se puede definir como la capacidad de pensar, ante determinadas circunstancias, sobre los potenciales riesgos que estos conllevan, y modificar

Publicado: 03/03/2021 ·
19:58
· Actualizado: 03/03/2021 · 20:10
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  • Combatir contra el coronavirus es el gran objetivo -
Autor

Miguel Ángel Ruiz Anillo

Miguel Ángel Ruiz Anillo es asesor jurídico y colaborador social en diferentes proyectos con una dilatada experiencia

Desde el Baluarte

Desde el Baluarte el autor pasa revista a la actualidad social vista desde su construcción más justa

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La prudencia se puede definir como la capacidad de pensar, ante determinadas circunstancias, sobre los potenciales riesgos que estos conllevan, y modificar la conducta para no recibir o producir perjuicios innecesarios. Es decir, se trata de no causar males mayores ante un determinado riesgo.

Se trata de una virtud que siempre he defendido y siempre he admirado en las diferentes personas con las que me he encontrado en la vida. Les aseguro que han sido miles y, desgraciadamente, pocas me he encontrado que tuvieran la prudencia por bandera. Al revés, lo normal ha sido toparme con multitud de personas imprudentes.

Les aseguro que es una máxima que siempre he defendido en mi vida y que intento llevar a cabo en todas mis actuaciones y manifestaciones. Hasta ahora no me ha ido mal en la vida con esta actitud.

Escribo hoy sobre la prudencia porque entiendo que es lo que debe imperar en toda actuación que se lleve a cabo para combatir el coronavirus.

Esta pandemia, que está conllevando una crisis no solo sanitaria sino también social y económica, puede llevar a la improvisación a quien tiene la potestad de tomar determinadas decisiones. No se deben dejar llevar por las presiones que reciban porque lo que debe primar es la salud de los ciudadanos.

Efectivamente. Se deben tener en cuenta en primer lugar las decisiones que conlleven una mejora de las curvas de contagios y que no incidan en la salud pública de la ciudadanía. Eso es lo sensato en estos momentos.

Digo esto porque soy consciente que hay muchas familias pasándolo mal, en situación de desempleo, con negocios que están en quiebra económica pero esto no debe llevarnos a pensar que el coronavirus es un mal menor. Para nada, todo lo contrario. Si no se tomasen estas medidas drásticas de limitación de horarios y de movilidad de los ciudadanos la situación que tendríamos sería la miles de fallecidos y la de hospitales totalmente colapsados sin poder atender a miles y miles de afectados por coronavirus. Así también esos negocios hubieran tenido problemas económicos porque la pandemia avanzaría hacia unos límites insospechados.

Por tanto, ante la mejoría que estamos viviendo en cuanto a cifras y estadísticas debemos ser cautos y prudentes. No se deberían tomar medidas de libertad total que nos lleven a lo que sucedió en la primera, segunda y tercera ola del coronavirus. Todo lo contrario, si queremos parar la cuarta ola se debería seguir actuando y limitando con cierta flexibilidad pero con firmeza.

Es importante la Semana Santa, el turismo, el comercio y la hostelería pero también lo es la vida de los ciudadanos y que no nos engañen: esta batalla no está ganada, todo lo contrario.

Ya nos mintieron tras el confinamiento iniciado en el mes de marzo del año pasado y lejos de estar ganado el combate contra el coronavirus nos encontramos con países europeos que piensan que va a ser necesario un posible segundo confinamiento.

Pensemos en nuestros familiares y amigos y ejerzamos la prudencia. No sólo por parte de quienes nos gobiernan sino que debe partir también de nuestro quehacer diario. 

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