La falta de precipitaciones en Andalucía ha reducido las reservas de agua en los embalses de las cuencas del Guadalquivir, Mediterránea andaluza y Guadalete-Barbate a mínimos casi históricos y, de hecho, ya han acometido planes especiales para afrontar la sequía.
En el último año los embalses de la cuenca del Guadalquivir, la de mayor capacidad de Andalucía con 8.113 hectómetros cúbicos y que gestiona el Ministerio de Transición Ecológica a través de la Confederación Hidrográfica, han pasado de estar al 36,5 % de su capacidad de almacenamiento al 28,6 % en un año, con el dato de esta semana de febrero, unos 700 hectómetros cúbicos menos.
Por su parte, las tres cuencas intracomunitarias que gestiona la Junta de Andalucía han pasado en un año de contar con una reserva hídrica del 47 % al 35 %, según los últimos datos recabados por EFE.
La cuenca del Guadalquivir ha visto reducirse sus reservas en diez años del 76 % contabilizados en el 2012 al 32 % a finales del 2021, con un descenso pronunciado desde el 2018, cuando estaba al 32 %, aunque aumentó al 54 % en el 2019, pero los dos años siguientes fue en descenso.
Por unidades territoriales dentro de esta cuenca, están en sequía prolongada Gualdalquivir entre Marmolejo y Córdoba, Salado de Arjona y Salado de Porcuna, Corbones, Guadaira, Fuente Vieja, SAlado de Morón, Salado de Lebrija y Caño de Trebujena y demarcación hidrográfica de Melilla.
Y es que las precipitaciones acumuladas en este año hidrológico se encuentran un 42 % por debajo de la media de los últimos 25 años en la cuenca del Guadalquivir, que ha recogido desde el 1 de octubre del 2021 hasta este febrero 180 litros por metro cuadrado de media, mientras que la media correspondiente a igual período de los últimos 25 años se sitúa en 309 litros por metro cuadrado.
Todas las provincias que abarca la cuenca -Sevilla, Córdoba,Jaén y Granada- se sitúan por debajo de la media de precipitaciones de los 25 años anteriores y los valores máximo y mínimo se han localizado en los embalses de las provincias de Sevilla, con 221 litros por metro cuadrado, y Granada, con 105.
En cuanto a las cuencas intracomunitarias, la Mediterránea andaluza, con una capacidad de almacenamiento de 1.170 hm3, acumula 358 en los primeros días de febrero frente a los 558 del mismo mes del año anterior, y la media de los diez últimos años fue de 654, por lo que están casi al 50 % aproximadamente en relación a este promedio.
La cuenca del Guadalete-Barbate -con capacidad de 1.651 hm3- tiene una reservas actuales de agua de 492 frente a 704 hectómetros cúbicos que tenía el año pasado en estas fechas, y la media de los últimos diez años es de 1.058, lo que supone prácticamente la mitad del agua actual.
PLANES DE SEQUÍA
Ante esta situación, la CHG decretó el pasado noviembre la situación excepcional por sequía extraordinaria en el 80 % de esta cuenca, que afecta a diez unidades territoriales de escasez (UTE) y a un subsistema de las 23 de las que se compone y suponen el 80 % de la reserva total.
Además, el próximo 16 de febrero ha convocado una reunión de la comisión de desembalse para informar a los usuarios de la cuenca de la situación hidrológica para que puedan hacer su planificación, dado que el 87 % del consumo de agua de la cuenca corresponde al regadío agrícola, el 10 % al abastecimiento doméstico y un 3 % al uso industrial.
Asimismo, la comisión se sequía de la Confederación, en la que participan los usuarios y las distintas administraciones, tiene prácticamente ultimado el decreto de sequía que remitirá en los próximos días al Ministerio para que lo analice y posteriormente lo someta a la aprobación del Consejo de Ministros.
La cuenca del Guadalquivir está muy expuesta a los efectos del cambio climático y lleva afectada por este fenómeno 25 años en forma de un siete por ciento menos precipitaciones y un veinte por ciento menos aportaciones a los embalses en los últimos cuarenta años respecto a los cuarenta anteriores.
Por su parte, la Consejería de Agricultura y Desarrollo Sostenible, que gestiona las cuencas intracomunitarias, aprobó en junio de 2021 el decreto de sequía para actuar con obras de emergencia como las aprobadas recientemente en dos zonas especialmente castigadas por la escasez de agua como la Axarquía (Málaga) y el Valle del Almanzora (Almería) con una inversión de 10,5 millones, así como más actuaciones orientadas al ahorro y uso eficiente y a la regeneración y desalación