Ésta es una de las conclusiones de una encuesta realizada a 600 mujeres que abortaron por un embarazo no deseado y que presentó Santiago Barambio, presidente de la Asociación de Clínicas Acreditadas para la Interrupción Voluntaria del Embarazo (ACAI).
“Hay mucha información, pero falta formación”, dijo ayer el experto, quien exige que la educación sexual comience a impartirse en las escuelas, al tiempo que ha denunciado las dificultades que encuentran las afectadas a la hora de acceder a estos métodos.
Así, llamó la atención sobre el elevado porcentaje que se quedan embarazadas por un mal uso del anticonceptivo, cuando 8 de cada 10 encuestadas dicen que estaban informadas sobre las alternativas para evitar la gestación.
Del total de mujeres que usaron contracepción sin éxito, el 42,3% recurrieron al preservativo, un 14,8% a métodos hormonales y un 0,7% al DIU.
Barambio añadió que más del 84% por ciento de quienes interrumpieron su embarazo no solicitó anticoncepción de emergencia, a la venta en las farmacias sin necesidad de receta médica desde hace seis meses.
El 33,3% de las que abortó no lo hacía por primera vez, un 23,5% repetía por segunda ocasión; un 5,5 había abortado hasta dos veces; un 4,3 hasta tres y un 4,2 no aportó esta información, según relató la vocal de ACAI en Andalucía, Eva Rodríguez.
El 66,2% reside en el entorno urbano y, por provincias, en Granada, Madrid, Sevilla y Bilbao es donde se concentran los mayores porcentajes de mujeres con más de un aborto anterior.
Valencia es la provincia en la que más tarde se realizaron las intervenciones, porque el mayor porcentaje de ellas tuvo lugar a partir de la semana número trece de gestación. También en esta provincia, junto con Sevilla, se concentran las mayores cifras de mujeres sin estudios que optan por el aborto.
La media de edad de las féminas objeto de este estudio son los 28 años y en el 50,8% de los casos trabajan como asalariadas, en el 16% están en el paro y el 14% son estudiantes. El 58,7% eran españolas, seguidas en número por un 21% de latinoamericanas y un 7,9% de los países del Este. En casi la mitad de los casos analizados no tienen hijos a su cargo, mientras que un 24% tiene al menos uno y dos en un 16,2%.
El 65,8% interrumpe su embarazo antes de la semana 8, aunque el grupo de edad entre los 15 y 19 años es el que “más espera”, porque de media lo hace en la semana diez de gestación y, en un 9% –muy superior al resto de grupos– lo hace entre las semanas 17 y 20.
Barambio ha denunciado que no saben qué harán cuando se apruebe la nueva Ley del Aborto, el próximo 5 de julio, que permite abortar a las chicas de 16 y 17 años sin consentimiento paterno, pero las obliga a informar a sus progenitores salvo que ello les acarree maltratos.
De hecho, ACAI ha solicitado entrevistas con los ministerios de Sanidad, Justicia e Igualdad para que desarrollen un reglamento sobre este asunto, ya que desconocen qué harán cuando una menor les comuniqué de palabra que “ya ha informado a sus padres”.
“Nos lo creemos, le pedimos un documento acreditado ante notario o han de venir su padre o su madre con ella”, se ha cuestionado el doctor, para recordar que tampoco saben cómo dirimir en qué casos estará exenta de informar a los padres.
Se preguntó también si “vale” sólo con que la menor afirme que corre peligro o si se requerirá que lo certifique “ante un juez o ante un fiscal o ante un trabajador social o ante un notario”.
