En su recurso de reposición contra el acuerdo de la Junta de Gobierno de despeatonalizar Veedor y Mentidero, presentado el pasado diciembre, la Plataforma Veedor-Mentidero Peatonal solicitaba la suspensión de la ejecución del citado acuerdo. Hasta la fecha, dicho recurso no ha sido resuelto ni notificado. Esta falta de respuesta, además de mostrar muy escasa consideración hacia las reclamaciones ciudadanas, tiene también consecuencias legales.
Esta falta de respuesta, apunta el colectivo, además de mostrar muy escasa consideración hacia las reclamaciones ciudadanas, tiene también consecuencias legales.
En este sentido, la Ley 39/2015 del procedimiento administrativo común establece, en su artículo 117.3, que “la ejecución del acto impugnado se entenderá suspendida si transcurrido un mes desde que la solicitud de suspensión haya tenido entrada en el registro electrónico (...), el órgano a quien competa resolver el recurso no ha dictado y notificado resolución expresa al respecto”.
Por tanto, dada la falta de respuesta del Ayuntamiento a la solicitud de suspensión, aquel está obligado a suspender la despeatonalización de Veedor y Mentidero.
Así, el pasado mes de febrero, la Plataforma ha presentado un nuevo escrito al Ayuntamiento, requiriéndole que proceda a suspender la ejecución del acuerdo de despeatonalización, en aplicación de la citada ley.
De no hacerlo en el plazo de 3 meses, la Plataforma advierte en su escrito que acudirá al Contencioso Administrativo para exigir la suspensión.
Sin noticias de Bruno
Desde la reunión celebrada el 15 de enero, la Plataforma no ha vuelto a tener noticias del Ayuntamiento, ni respuesta a los escritos presentados, ni a las alternativas de ordenación ofrecidas, ni tan siquiera acceso al expediente, como había sido insistentemente solicitado. A pesar de las buenas palabras expresadas en los medios, la indiferencia del alcalde es una clara muestra de la falta de interés por encontrar una solución consensuada.
Mientras tanto, los coches siguen circulando por Veedor y Mentidero y generando situaciones de riesgo, especialmente en las niñas y niños que utilizan este itinerario cada día para ir al cole.
