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Cádiz

Media Comisaría para trabajar y la otra media precintada por amianto

Los agentes trabajan en unas condiciones deplorables y con riesgos para su salud mientras esperan el traslado temporal al edificio de Telefónica

  • Operarios con mascarillas

Pasear por el interior de la Comisaría Provincial de la Policía Nacional de Cádiz tiene más peligro que un barbero con hipo. Y hablamos de pasear, no digamos ya trabajar en unas instalaciones sembradas de puntales, con techos de vigas al descubierto, enormes huecos en las paredes, andamios, cascotes por doquier, y a cada dos pasos oficinas precintadas y con cartelitos que previenen de diversos peligros, entre ellos la presencia de amianto.

Los funcionarios que desarrollan su labor en la Comisaría Provincial están ya hartos, no solo de los peligros que existen para su salud, sino también de lo incómodo que es tener que estar cambiando cada dos por tres de despachos, dándose casos en los que tienen que trabajar hasta siete agentes en una oficina de apenas quince metros cuadrados. Otro problema es que incluso el aire acondicionado está precintado por culpa del amianto que rodea los bajantes del edificio, ahora al descubierto.

Y lo que es peor, el traslado provisional a la sede del edificio de Telefónica aún no tiene fecha, aunque las obras de adaptación del mismo van a buen ritmo, pero se habla de que el traslado se hará a final del presente mes de junio. Es decir, toda una odisea que comenzó en enero del presente año con lo que iban a ser unas obras de mejora en la Comisaría que dejaron al descubierto problemas estructurales en el edificio.

Desde hace años el Sindicato Unificado de Policía, SUP, venía demandando obras de mejora en la Comisaría, aunque apostaban más por una nueva sede, que está en boca de los políticos pero que aún sigue en el aire. Tras muchas denuncias, tras muchas protestas, al final desde la Dirección General de la Policía se optó por iniciar esas obras de mejora en el edificio que, reiteramos, pronto dejaron al descubierto problemas estructurales graves. La obra comenzó sin que se trasladase al personal a una sede provisional, como demandaba el SUP, y así siguió a pesar de que la envergadura de la misma hacía inviable no clausurar el edificio. Esa falta de previsión la están pagando hoy tanto los agentes como los ciudadanos que acuden a la Comisaría para ser atendidos.

Es increíble la capacidad de trabajo de estos agentes de la Policía Nacional que siguen desarrollando su labor a pesar de las dificultades y de los riesgos evidentes que corren. De hecho, tras la denuncia del SUP ante la Inspección de Trabajo, ésta ha instando a la empresa que se encarga de las obras a que clausure prácticamente media Comisaría. “Atención clausurado… posible presencia de polvo de amianto. Alto. No Pasar” reza uno de los muchos carteles que están colocados en las oficinas ya clausuradas como la de la Unidad Familia y Mujer Investigación. Otros carteles también advierten del peligro de zonas que no soportan más de 200 kilogramos de peso por metro cuadrado.

Los vestuarios están precintados, las dependencias de la Policía Científica están precintadas, la Sala de Identificación se trasladó hasta una zona del garaje, las oficinas del Grupo de Delincuencia Urbanas también están precintadas, igual que el de Delincuencia Económica o las de Seguridad Privada. La sala de videoconferencia también está clausurada y para participar en juicios en otras ciudades los agentes deben acudir a los juzgados de la ciudad para participar en esas causas o trasladarse hasta las ciudades donde estén siendo juzgadas… y así resulta que a día de hoy media Comisaría Provincial está precintada y la otra media está colapsada porque grupos distintos tienen que desarrollar su labor compartiendo oficinas.

Una agente de alto rango nos cuenta que ella apenas podía desarrollar su labor en una sola mesa y ahora debe compartir despacho con incluso siete agentes más, con lo que es desorden es evidente. Su bolso está en el suelo, detrás de su mesa se apilan cajas y cajas con documentación.  Toda su oficina parece un mercadillo y los papeles están por todos lados. Incluso ha habido días en que han tenido que tomar declaración a algún detenido allí mismo. Un caos que todavía es mayor “si tenemos en cuenta que hoy gran parte de nuestra labor la desarrollamos en los despachos, con los ordenadores y mediante mucho papeleo”.

De hecho no tiene que ser fácil trabajar mientras que operarios con mascarillas y ataviados con trajes anticontaminación blancos se dedican a precintar prácticamente toda el ala del edificio en su orientación sur, al tiempo que colocan carteles advirtiendo de los peligros que corren quienes entren en esas oficinas. Es algo como para no estar tranquilo.

Para el que entra en la Comisaría Provincial es esperpento es evidente. El caos está presente en cada esquina. Algunas pistolas se guardan en oficinas ya evacuadas y que están a punto de ser precintadas. Hay unidades que llevan tres y cuatro mudanzas en apenas siete días. La suerte es que hablamos de grandes profesionales que están siendo capaces de seguir desarrollando su ardua labor a pesar de todos los inconvenientes y a pesar de ese caos. Lo único que piden es que el traslado provisional a la sede del edificio de Telefónica se lleve a cabo cuanto antes.

Tras visitar la Comisaría por dentro, lo mejor es echar un vistazo a la fachada trasera del edificio, la que mira hacia el Paseo Marítimo. Detrás del andamiaje hay cientos de agentes trabajando pero uno no puede evitar pensar que el aspecto de la misma parece sacado de un documental sobre la guerra en Sarajevo.

EL SUP PIDE EL TRASLADO YA

El Sindicato Unificado de Policía (SUP) ha informado de que la Comisaría Provincial de Cádiz se encuentra "clausurada en más de un 50 por ciento por presencia de amianto", por lo que ha reclamado el traslado "urgente" a unas dependencias "dignas" en el edificio que tiene Telefónica en la capital gaditana, conocido popularmente como el Pirulí.

Fuentes del SUP han explicado a Europa Press que este martes se "continúan clausurando despachos y encapsulando tubos de amianto" en la Comisaría, destacando el "riesgo para los ciudadanos" y para los funcionarios policiales, que vienen trabajando en este edificio "sin protección alguna durante meses".

Según han apuntado, tras la denuncia ante la Inspección Provincial de Trabajo presentada por el SUP "han aflorado carteles de 'Peligro' y 'Clausurado' como setas".

El sindicato ha comentado que, en aplicación de los protocolos de prevención, la Inspección de Trabajo instó el pasado día 1 a "clausurar temporalmente para el trabajo aquellos espacios donde estén al descubierto las tuberías de amianto", hasta que se proceda al encapsulado en plástico de los mismos por parte de una empresa especializada.

Las citadas fuentes han criticado el "caos" existente en la Comisaría y las "pésimas condiciones" en las que los agentes desempeñan su trabajo, pues hay "tubos de amianto expuestos" en unas dependencias policiales "llenas de puntales".

Según han detallado, este martes "se ha clausurado hasta el aire acondicionado de la única planta en la que había", encontrándose también clausuradas, entre otras, "la sala de videoconferencias, un calabozo, la Brigada Provincial de la Policía Científica, así como el gabinete técnico, prensa y varios despachos".

El SUP ha recordado que el pasado 30 de mayo comenzaron los trabajos de acondicionamiento del edificio de Telefónica en el que se ubicará temporalmente la Comisaría Provincial. Estiman que el Pirulí estará listo "a final de mes" y confían en que "la Dirección General de la Policía organice bien la mudanza", máxime teniendo en cuenta que "hasta ahora todo se ha hecho fatal".

Finalmente, las citadas fuentes han calificado de "lamentable" que "la seguridad de los policías dependa de la cantidad de denuncias que interponga el SUP ante los diferentes organismos oficiales".

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