Vuelven a aparecer críticas relacionadas con las instalaciones deportivas de la ciudad. En esta ocasión es a través de CSIF y de distintos usuarios consultados por este medio, que afirman, por ejemplo que “en la sala de musculación del Ciudad de Cádiz no se arregla ninguna de las máquinas que se estropean”.
El sindicato denuncia el “abandono absoluto en el que están las instalaciones, pasando por el alarmante deterioro del material y el equipamiento deportivo”. Asimismo, indica que existe falta de planificación en la programación y en la gestión del Instituto Municipal de Deporte (IMD). Considera que el deporte municipal sufre “claros síntomas de retroceso”.
Por ello destaca la situación que se ha vivido en la Escuela Náutica de Cortadura, que “no ha funcionado durante meses por la rotura de una puerta o que aún no hayan comenzado las obras en el polideportivo Francisco Blanca, así como son muchos elementos deteriorados en el complejo Elcano”.
Desde el sindicato recuerdan que “se conoce la intención del IMD de iniciar obras que obligarán a cerrar las piscinas del Ciudad de Cádiz durante unos cinco meses, a partir de noviembre o diciembre”. A juicio del CSIF “se trata de los meses de máxima demanda y utilización de las piscinas”. Asimismo, dicha novedad abre “una incertidumbre laboral muy fuerte en un colectivo que exige información y transparencia a los máximos responsables políticos y técnicos”.
Otra de las críticas sindicales es que se han modificado y reducido los horarios de las clases colectivas del Ciudad de Cádiz, por decisión del responsable técnico del IMD sin conocimiento, ni aprobación de la Junta Rectora, que es a quien compete. Estos cambios “han provocado las protestas de los usuarios afectados”, que se las han trasladado verbalmente a los monitores y por escrito al IMD. Hasta la fecha “no se ha dignado a contestar, pues ni el gerente, ni el concejal de Deportes, Adrián Martínez de Pinillos, ni la empresa de servicios Eulen, mantienen la actitud de respeto que los usuarios se merecen”.
Denuncias
Los usuarios denuncian a diario a los propios trabajadores las ínfimas condiciones de las piscinas del “Ciudad de Cádiz”, cuyos azulejos se despegan y no se reponen. La solución del IMD es acotar las zonas afectadas para que no se usen y para ello utilizan discos de caucho de la sala de musculación para que el pavimento del vaso de chapoteo no se levante.
Otros usuarios se quejan del estado de deterioro de los materiales utilizados en las clases de natación y otros del deterioro de las máquinas de las salas de musculación y de fitness. Como ejemplo afirman que “llevo entrenando 20 años y no ha estado nunca peor que ahora en materia de limpieza y mantenimiento. Antes había una empresa dedicada al mantenimiento y ahora no arreglan las máquinas”.
En cuanto a la piscina de Astilleros, los trabajadores de oficina han de soportar temperaturas de más de 35 grados durante su jornada al no funcionar el aire acondicionado.
A todas estas denuncias, se une la “paralización administrativa” que atenaza al IMD que durante toda la legislatura “no ha sido capaz de contratar los servicios fundamentales para su funcionamiento: monitores, suministros”. Son numerosos los contratos que se encuentran en prórroga forzosa de manera irregular y especialmente, el de servicios técnicos que afecta a numerosos trabajadores, “debido a la incapacidad del edil y de la gerencia del IMD”, a los que piden que tomen cartas en el asunto.