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El ingente contrabando de animales permite abrir un zoo original

El volumen del contrabando de animales salvajes en Camboya es tan ingente que las autoridades abrieron un parque zoológico con los ejemplares decomisados, que contiene más de 1.500 ejemplares de 95 especies distintas.

El volumen del contrabando de animales salvajes en Camboya es tan ingente que las autoridades abrieron un parque zoológico con los ejemplares decomisados, que contiene más de 1.500 ejemplares de 95 especies distintas.

El centro de 1.200 hectáreas y a unos 30 kilómetros de Phnom Penh también acoge y ofrece servicios veterinarios a las piezas que resultaron heridas con las trampas que colocan los cazadores furtivos.

En Phnom Tamao habitan bisontes, mangostas, cocodrilos, pitones, osos: una amplia muestra de la fauna camboyana, algunas de ellas especies en peligro de extinción.

El responsable del zoo del Ministerio de Bosques, Ratanak Pik, indicó que todos los animales son camboyanos, no hay ninguno importado, excepto un león que fue interceptado aquí cuando intentaban enviarlo de Rusia a Vietnam.

El jardín zoológico se ha convertido en el mejor lugar para conocer la fauna autóctona del país y, en algunos casos, en el último refugio de algunos especímenes.

Este sería el caso del tigre de Indochina (Panthera tigris corbetti), que de reinar en las junglas de Camboya, China, Laos, Birmania, Tailandia y Vietnam se ha visto reducido a entre 700 a 1.300 ejemplares.

En Camboya, que dispone de un área potencial para hospedar hasta 500 felinos, no se ha avistado ningún ejemplar en los dos últimos años.

Pieles, materia prima para la medicina tradicional y simple coleccionismo son el fuelle que alimenta un comercio ilícito que encuentra en territorio camboyano el escenario propicio, a causa de la corrupción y escaso respeto a la Ley.

Aun así, el país cuenta desde 2001 con un Equipo de Rescate de Fauna Salvaje que, desde entonces, se ha incautado de entre 35.000 y 40.000 ejemplares de diferentes especies que iban a ser vendidos ilegalmente en Tailandia o Vietnam.

Cada uno de los animales de Phnom Tamao tiene detrás una historia.

Dara es una nutria que pasa el día inspeccionando la piscina de la jaula en la que vive tras ser rescatada de unos pescadores del lago Tonle Sap que intentaban venderla a Tailandia.

Una pareja de leopardos, interceptados por los agentes en 2000, pasan el rato recorriendo la valla metálica que les mantiene en cautividad y cuya precariedad invita al visitante a no entretenerse demasiado en dicha atracción.

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