El secretario provincial y concejal andalucista, José Mª España, el portavoz del grupo municipal andalucista, Hermenegildo González, y miembros del comité local algecireño se han concentrado en la rotonda donde se encuentra el busto de Blas Infante en la Avda. Virgen del Carmen.
Se cumple el setenta y ocho aniversario de aquella noche de venganza, aquella noche en que los militares golpistas y su séquito de falangista, tradicionalistas y conservadores se vengaron del fracaso de la sanjurjada.
Blas Infante fue asesinado en aplicación del ilegitimo bando de Guerra, por el que los golpistas se atribuían el poder ilegítimamente derrocando al gobierno elegido por las urnas, Se iniciaba una verdadera cacería humana, que supuso la muerte de unos cincuenta mil andaluces, entre ellas figuras tan significativa como García Lorca, y Blas Infante.
Blas Infante fue condenado cuatro años después de su asesinato, en esa aberrante justicia al revés que los militares golpistas impusieron. Se le condeno por crear un partido andalucista, a pagar una multa de dos mil pesetas.
Pero hubo más razones para condenar a Blas Infante, su defensa de los trabajadores y jornaleros, su ideal de una reforma agraria que se oponía la oligarquía económica andaluza, comprometida con los golpistas, su defensa de los colonos desahuciados por los terratenientes, todo ello llevo a su asesinato.
Se ha cumplido este año el centenario de la aparición en la vida pública de Don Blas. En marzo de 1914, dará una conferencia en el Ateneo de Sevilla, que llevara el título, “El Ideal Andaluz”. Se tratara de una conferencia en la que proponga la idea de Andalucía, distinta a la que el sistema de la restauración quería imponer, distinta a otros nacionalismo de carácter burgués, se trata de un nacionalismo nacido de la desesperación por los problemas de los ciudadanos andaluces, de los jornaleros a los que se reparten los ricos terratenientes de los pueblos, por una miseria de pan, de los trabajadores explotados, de las familias que pueden perder las tierras que han colonizados durante años, en una palabra del pueblo cansado del abuso y acoso de los privilegiados de la época.
Blas Infante, que pudo llevar una vida acomodada desde su puesto de notario, nos enseña quizás la lección más importante que los andalucistas debemos llevar, que no podemos acomodarnos en nuestra situación, que Andalucía necesita la lucha de todos los ciudadanos que vivimos en ella para poder sacarla de su postergación, no acomodándonos en el lugar que la vida nos ha colocado.
Cuando aquella fatídica madrugada del 11 de agosto de 1936, Blas Infante antes de ser abatido por las balas grita “Viva Andalucía Libre” nos deja su legado a todos los que queremos Andalucía,. El legado de una Andalucía libre de caciquismo, de corrupción, de hambre, de incultura, y analfabetismo, de desahucios, de desigualdades sociales, proponiéndonos una Andalucía más justas, más igualitarias, que sea tierra para todos sus habitantes y no solo para algunos, que las riquezas de sus pueblos revierta en todos los vecinos y no en los grandes terratenientes o empresarios hacendistas que solo aparece para llevarse sus beneficios, que sea lugar de trabajo para los andaluces, que no tengan que ir a otras tierras para sobrevivir.
Este grito demuestra que hoy en día el andalucismo tiene sentido, porque aún no se ha conseguido erradicar los primero ni conseguir lo segundo, por ello el andalucismo ha de seguir trabajado para conseguir estos objetivos que Blas Infante nos lego aquella noche de venganza del 11 de agosto de 1936.