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El administrador de Fiverde fue quien reveló el pago de \"regalos\" en Algeciras por El Calvario

Concluye afirmando que \"cuando realizaba los pagos que le ordenaban, no pensaba en nada\" y \"no ponía pegas. Sería tonto decir que lo veía bien\", subraya

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Ángel Manuel Macedo, administrador de Fiverde, filial de Fitonovo, fue quien reconoció ante la juez Alaya el pago de regalos en el Ayuntamiento de Sevilla, la Diputación sevillana, los ayuntamientos de La Carolina (Jaén) y Algeciras (Cádiz) o en Adif, y concluye afirmando que "cuando realizaba los pagos que le ordenaban, no pensaba en nada" y "no ponía pegas. Sería tonto decir que lo veía bien", subraya.

También afirma que gracias a la intervención del exconcejal socialista de Vías Públicas Manuel Gómez Lobo y de Castaño, Fitonovo aumentó su facturación con el Ayuntamiento de Sevilla, con obras en la sede de la agrupación socialista Macarena.

Antes, el dueño de Fitonovo, Rafael González Palomo, reconoció sobornos ante la juez Mercedes Alaya tras las primeras detenciones de la operación Madeja y en su primera declaración precisó que "las comisiones, desgraciadamente, se pagan de forma habitual".

Cuando declara por dos veces ante la juez el 11 de julio de 2013, el dueño asegura que la responsabilidad de la empresa ya la ha asumido su hijo, y no tiene problemas en admitir el pago de sobornos a un político, a un asesor del PSOE del Ayuntamiento de Sevilla y a un director de carreteras en la Diputación sevillana.

"Cualquier comercial sabe que es difícil entrar a trabajar si no se hace", relata a la juez González Palomo en referencia a las comisiones, según se recoge en uno de los 21 tomos del sumario de la operación, a los que ha tenido acceso Efe después de que la juez instructora haya levantado el secreto de sumario.

Para pagar los sobornos, asegura que el comercial, Juan Andrés Bruguera, el único que sigue preso en la causa y casado con una hermana de su mujer, "tiene libertad para hacer este tipo de operaciones, porque forman parte del día a día" y el jefe se ocupa de que "la empresa siga viviendo".

El comercial tiene "poder de decisión" y "vía libre" en el pago de "las comisiones que precise para sacar los contratos adelante", señala el dueño de la empresa, que "no ha fijado límite" para ello y asegura que no necesita de su autorización para pagar sobornos, puntualiza.

González Palomo declara una vez ante Alaya y reconoce que pagó a Domingo Enrique Castaño, asesor del exalcalde socialista Alfredo Sánchez Monteseirín, porque afirma que tenía mucho poder y fue el único que le pidió dinero para un partido político, aunque cree que en realidad era para el asesor.

Tras un debate sobre las cantidades, finalmente asegura que le pagó 30.000 euros a Castaño, le hizo reformas en su casa, le regaló un coche y cuatro móviles.

Cuando hace regalos a técnicos y a políticos, asegura que no era para que les adjudicaran concursos, "al contrario", afirma que los hacían "porque tenían miedo a que le quitaran el servicio" y denunciad que Castaño le decía: "Si no ayudas, ayudarán otros".

El dueño de Fitonovo concluye su primera declaración ante Alaya aludiendo al interés de otro concejal socialista por la caseta de la Feria de Sevilla y a que eran la única empresa que mantenía el trabajo de los discapacitados, tras lo cual declaró ante la juez Ángel Manuel Macedo, administrador de Fiverde, filial de Fitonovo.

Después de la mencionada declaración de Macedo en la que mencionó a Algeciras, la juez citó de nuevo al dueño de Fitonovo, que precisó aún más los sobornos y lamentó que eran una práctica habitual de la empresa para poder optar a concursos públicos.

La juez, tras levantar el secreto del sumario, asegura que la empresa Fitonovo es una "organización criminal" que se extendió por todo el país pagando sobornos a políticos y a técnicos para obtener contratos públicos.

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