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Curioso Empedernido

Fallos y errores

Algunos de nuestros representantes políticos son prisioneros del permanecer a toda costa

Publicado: 06/03/2025 ·
16:47
· Actualizado: 06/03/2025 · 21:33
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Autor

Juan Antonio Palacios

Juan Antonio Palacios es observador de la conducta humana, analista de la realidad y creador de personajes literarios

Curioso Empedernido

Curioso empedernido. Curioso de las tres pes, por psicología, la política y el periodismo, y alérgico a las fronteras y murallas

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Nuestra existencia está repleta de fallos y equivocaciones, y  todos cometemos  errores, reconocerlos es el principio para corregirlos , negarlos es la justificación para repetirlos con la máxima frecuencia y ser objetivo de todo tipo de comentarios en la realidad y en las redes sociales.

Quienes nos ven y escuchan pierden la confianza en nosotros sino mostramos intención de corregir y continuamos en el camino de ser unos meros charlatanes , que hablan mucho pero sin sustancia, para continuar fabricando desastres y defendiendo a capa y espada lo indefendible.

Algunos de nuestros representantes políticos son prisioneros del permanecer a toda costa, de pegarse con cola hasta el limite de la indignidad en sus poltronas , entre incertidumbres , inestabilidades y mediocridades, de asumir que de nuestras vulnerabilidades surgirá nuestra fortaleza.

Entre etiquetas y descalificativos, se hacen mayores, arrugados y aburridos , y centrados en las miserias rutinarias del presente, con el eslogan que aunque se hunda el mundo “aquí no pasa nada”, intentan ocultar lo que todos ven y ponen sordina a los que los vientos llevan y traen, queriendo parecer fuertes cuando es evidente que son débiles.

A veces son tan insustanciales que tratan de intercambiar , lo que no existe por lo que nunca fue, como si pretendieran echar un manto de sombra sobre el destellante y deslumbrante efecto de la claridad, como si quisieran que tomáramos conciencia de la luz que desprenden, cuando se ha producido un gran apagón.

Se fabrican sus propios altares para que sus bufones a sueldo les adoren , sin darse cuenta que el personal huye de falsos ídolos y de los caminos de peregrinos que no conducen a ninguna parte, mientras escuchan aquello que suena siempre a humo de “soy el mejor” , sin llegar ni a aprendices de intrigantes, ni a luchadores del poder.

No logran sorprendernos, tampoco es que sus actuaciones nos extrañen , simple y llanamente producen cansancio y hartazgo, son más pompa que jabón , más burbujas que champán, más pose que acción. Jamás encuentran paz y sosiego, porque como decía Pedro Calderón de la Barca , “el valor es hijo de la prudencia, no de la temeridad”

Son especialistas en  echarse flores, en la seguridad de que no se las merecen y que pertenecen al jardín de los otros , pero su adicción a ellos mismos les hace en todo momento actuar, justificando los medios con tal de conseguir el fin.

Dan por buenos los pretextos más burdos, en intentan convertir todo lo que tocan en una actividad mercantil, en un negocio en el que solo buscan desesperadamente su lucro personal. Desconocen la ética y se burlan de cualquier principio moral, porque consideran que eso, son sólo cosas de ingenuos.

Intentan maniobrar, manipular y engañar, a todo el que se les ponga por delante en su propio beneficio, sin importarles mentir con todo el descaro p traicionar al más leal de sus colaboradores, porque en el colmo de su cinismo defienden públicamente estar actuando bien o tal vez prefieren vivir ignorando parte de la realidad, desconociendo por tanto que existen problemas sin resolver, y sobre todo, pasado por alto su incapacidad, y la parte de culpa que a él pudiera tocarle.

Estos personajes de cartón piedra, títeres de lo aparente , catetos de lo esencial, cierran los ojos para no ver lo que les conviene, se tapan los oídos  para no oír lo que no sean aplausos y halagos, o no leen lo que puedan ponerles en cuestión o inquietarles .

La solución a los problemas, no debe ni puede ignorar toda realidad que nos incomode, o dejar que las situaciones se pudren en los charcos del olvido, porque sino por muchas barreras y ficciones que se monten , todo el mundo terminará descubriendo que la clave está, en que ellos se marchen.
 

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