La primera de las dos películas presentadas en la jornada de ayer en la competición, supone el retorno de un director habitual del Festival, mientras que la segunda es el debut de su realizadora en el mismo, para generar la cuota, mínima en esta edición, de los descubrimientos de nuevos talentos y miradas.
Ghahreman (A Hero), de Asghar Farhadi, cuarta película en Competición del galardonado director y guionista iraní,tras
El pasado (Le passé) en 2013, que obtuvo con el premio a la mejor interpretación femenina otorgado a Bérenice Bejo,
Forushande (El viajente) en 2016, premio al mejor guion y a la mejor interpretación masculina y Oscar a la Mejor película de habla no inglesa, y
Todos lo saben, protagonizadapor
Penélope Cruz,
Javier Bardem y
Ricardo Darín. En esta ocasión, el realizador retorna a Irán para contar la historia de un hombre encarcelado por no haber podido pagar una deuda que se convierte en héroe al devolver un dinero que su prometida había encontrado.Con esta trama Farhadidenuncia el enrevesado sistema administrativo iraní en una sociedad que controla de manera abusiva a las personas y en la que todo se negocia.
Titane, de Julia Ducournau, segunda obra de la realizadora de
Crudo (Grave), es una incómoda y truculenta película que cuenta la historia del reencuentro de un padre con su supuesto hijo, desaparecido diez años atrás, en un momento en el que en la región se producen una serie de horribles asesinatos. Se trata de un film gore con un guion inteligente y muy imaginativo que no va agradar a todo el mundo y que cuenta con unas muy buenas interpretaciones del veterano VincentLindon y de la joven AgatheRousselle.
Fuera de la competición ha destacado
Evolution, de Kornél Mondruczó. En su sexta participación en Cannes, tras rodar en EE UU,
Fragmentos de una mujer (
Pieces of a woman),el director húngaro vuelve a Europa con un film sobre el Holocausto, la memoria y los traumatismos que heredamos de nuestros antecesores. Sigue el destino de tres generaciones de una familia incapaz de reconciliarse con su pasado en un país que aún arrastra las heridas de su historia, a lo largo de tres capítulos que oscilan entre recuerdos de la Segunda Guerra Mundial y escenas actuales de la vida berlinesa.
También se ha podido ver
JFK Revisited: Through the Looking Glass, de Oliver Stone, realizador que, aunque parezca mentira,nunca ha competido por la Palma de Oro, aunque ya estuvo en este festival, fuera de competición, hace más de diez años con
Wall Street: El dinero nunca duerme. En esta ocasión ha presentado, treinta años después de su película
JFK: Caso abierto,un documental en el que el cineasta, a través de unos expedientes recientemente desclasificados sobre la muerte del presidente Kennedy presenta pruebas convincentes de la gran conspiración existente tras el magnicidio.