El ser humano suele ser una especie que le tiene miedo a lo desconocido. El coronavirus lo era hace 18 meses y su irrupción nos ha llevado a convivir con él aplicando todas las medidas de higiene y seguridad mientras que la medicina y los científicos analizaban y estudiaban al SARS-Cov2 para fabricar una vacuna segura contra la enfermedad.
A día de hoy, el tratamiento existente no previene la infección al 100% en todos los casos. Pero los especialistas insisten en la importancia manifiesta de vacunarse. Porque aún hay rezagados que tienen miedo, no quieren o se han contagiado recientemente. Y en este proceso todos jugamos un papel clave. Álvaro Serrano, médico interno residente en el Área de Salud Pública y Medicina Preventiva del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba, recuerda que vacunándonos no sólo una persona puede prevenir una posible infección, si no proteger a su entorno.
Los efectos de la vacuna actual, que actúa a modo de presentación de un microorganismo del virus para que el organismo lo reconozca y pueda responder mejor ante una posible infección real, pueden ser leves y transitorios.
Y en ningún caso provocan la infección. Por eso ya está poniéndose a mujeres embarazadas y de ahí también que se esté inoculando una dosis de refuerzo a personas inmunodeprimidas o vaya a hacerse lo propio a los mayores que viven en residencias. Al igual que con los menores de 12 años, los que mejor han cumplido con las medidas.
La respuesta de la ciudadanía en provincias como la de Córdoba le permite ser la que más porcentaje del total de habitantes ha recibido la pauta completa.