Las autoridades francesas culparon este lunes del caos en el acceso a la final de la Liga de Campeones a la "desorganización" inglesa que permitió que decenas de miles de aficionados del Liverpool viajaran sin entrada a París y al "fraude masivo" de las entradas falsificadas.
"Lamentamos la desorganización por la que entre 30.000 y 40.000 aficionados británicos sin entradas o con entradas falsificadas llegaron al Estadio de Francia", afirmó el ministro del Interior, Gérald Darmanin.
Además, "se ha constatado un fraude masivo, a escala industrial y organizado de entradas falsificadas", añadió Darmanin en una comparecencia ante la prensa tras una reunión de más de dos horas con la ministra de Deportes, Amélie Oudéa-Castéra, y otras autoridades responsables de la gestión del partido.
A los problemas en el acceso se sumó la acción de grupos organizados de delincuentes locales que cometieron robos violentos sobre los aficionados en las afueras del estadio. Hay un total de 77 detenidos por esos hechos, según las autoridades.
El titular de Interior recordó que las entradas eran electrónicas pero "a petición de la UEFA" se admitieron billetes impresos, "lo que abrió la posibilidad de fraude".
Detalló que, en la zona de filtrado previo de aficionados del Liverpool, "más del 70 % de las entradas eran falsas", lo que terminó por generar problemas en el sistema de seguridad hasta el punto de que fue necesaria la intervención de los agentes antidisturbios.
También dijo que "lamenta" que aficionados, incluyendo familias con niños, sufrieron las consecuencias de gases lacrimógenos, y reconoció que ha visto vídeos de policías franceses usando gases "de forma innecesaria y desproporcionada".
En todo caso, aseguró que sin las decisiones tomadas por las autoridades "seguramente tendríamos que lamentar muertos y heridos".
Darmanin recordó que en la final de la Liga de Campeones de 2019 en Madrid ya se produjo "el mismo problema" de decenas de miles de aficionados británicos que viajaron sin incidentes.
Algo más de 2.700 aficionados no pudieron finalmente acceder al estadio a pesar de que tenían entrada, informó Oudéa-Castéra, quien avanzó que habrá "compensaciones" para los afectados, aunque sin dar más detalles.
SIN PROBLEMAS CON LOS AFICIONADOS ESPAÑOLES
Ambos ministros destacaron que estos incidentes ocurrieron en las zonas de acceso de los aficionados ingleses. "No ha habido ningún problema en el lado español", afirmó Darmanin, quien precisó que a la hora del inicio del partido un 87 % de los aficionados del Real Madrid estaban en las tribunas, por solo un 50 % de los del Liverpool.
"La organización el Real Madrid con sus aficionados ha sido muy diferente", constató la titular de Deportes.
"La desorganización de la llegada de los aficionados británicos por parte de su club lo complicó", recalcó el titular de Interior, quien también culpó parcialmente a la huelga, ese preciso día, en la línea de tren de cercanías que lleva al estadio y que también comunica los dos aeropuertos de París.
Otra cuestión es la de los grupos de delincuentes que se lanzaron de forma organizada y violenta para robar a los aficionados de ambos equipos. Las autoridades han detenido a 77 personas por esos hechos en la localidad de Saint Denis, en las afueras de París, donde está situado el estadio.
Tras estos incidentes y con las elecciones legislativas a la vuelta de la esquina (12 y 19 de junio), los partidos de la oposición han puesto en su punto de mira al ministro del Interior, uno de los pesos pesados del Gobierno, que goza de la confianza absoluta del presidente Emmanuel Macron.
GOLPE AL PRESTIGIO FRANCÉS
Por encima de todo, el fiasco del sábado es un golpe duro para el prestigio de Francia como organizadora de grandes eventos deportivos, ya que el año próximo va a acoger la Copa del Mundo de Rugby y, sobre todo, en 2024 los Juegos Olímpicos de París.
La sensación de caos e inseguridad (tanto por la el peligro de aplastamientos masivos como por los delincuentes) fue tan grande que varios testigos presenciales afirman que temieron por sus vidas.
Todo ello pese al dispositivo de más de 6.800 policías y soldados que las autoridades francesas desplegaron para garantizar la seguridad del encuentro. De ellos, 2.000 en el estadio y sus alrededores.
"Había grupos de 20 a 30 personas enmascaradas, vestidas de negro, que han hecho robos al tirón por toda la zona del estadio (...) Tomaron a todos los aficionados como objetivo", explicó un policía al canal de noticias BFMTV.
Una de las claves puede ser que distintos actores tienen su parte de culpa: los aficionados del Liverpool que viajaron sin entrada; los que tenían entradas falsas; delincuentes organizados; mala organización del sistema de acceso, actuación ineficiente de la policía, que en ocasiones actuó contra aficionados pacíficos....
Por ello, cada una de las partes (UEFA, Federación Francesa, Liverpool, Ministerio del Interior...) tienen argumentos para culpar a los demás y tratar así de eximir su responsabilidad.
"La incompetencia, la mentira y la negación", titula una columna de opinión en el diario deportivo L'Equipe, en la que se afirma que todos estos coorganizadores "tienen mucha suerte de ser corresponsables de un caos y no de un drama".
Para el Liverpool y sus hinchas, una entidad marcada por la tragedia de Hillsborough, en la que 97 aficionados murieron aplastados contra las vallas en 1989, las escenas del sábado fueron un recordatorio del peligros de la gestión de multitudes en eventos deportivos.
Deportes
Francia culpa a la "desorganización" inglesa y al fraude masivo de entradas
"Lamentamos la desorganización por la que entre 30.000 y 40.000 aficionados británicos sin entradas o con entradas falsificadas llegaron al Estadio de Francia"
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