Mario Mola, flamante campeón mundial de triatlón, al acabar quinto una prueba con final alocado disputada en Cozumel (México), en la que el inglés Jonny Brownlee fue segundo y entró desfallecido en meta, se convirtió de esta forma en el tercer español en lograr la corona intercontinental del duro deporte que une la natación con el ciclismo y la carrera a pie.
Mola, nacido hace 26 años en Palma de Mallorca, sucedió en el historial del Mundial de triatlón al gallego Javier Gómez Noya -plata olímpica en Londres-, que el año pasado firmó un hasta entonces inédito quinto título mundial, trofeo que consiguió por primera vez -asimismo en México- Iván Raña, paisano del anterior.
Raña, dedicado ahora al Ironman y 'padre deportivo' del triatlón en España, subcampeón del mundo los dos años siguientes y doble campeón de Europa -ese curso y al siguiente- hizo sonar por primera vez en la historia la Marcha Real en un Mundial de triatlón en 2002. Cuando el título se decidía aún en una sola jornada.
El irrepetible Raña se coronó en Cancún, muy cerca de la isla mexicana en la que hace unas horas Mola se convirtió en el "tercer hombre" del triatlón español, tras sobrevivir en condiciones casi extremas, de alta temperatura y humedad.
En una prueba en la que al menor de los Brownlee -plata olímpica en Río, por detrás de su hermano Alistair- se le escapó el título en los últimos metros, al sufrir un golpe de calor, antes de colapsar y ser trasladado a un hospital.
Si Jonny hubiese ganado en Cozumel, Mario debía ser tercero para capturar oro mundial. Si el inglés era segundo, el español tenía que acabar, al menos, quinto en la Gran Final. Puntuable, junto a los cinco mejores resultados del año, para la general final del Mundial.
Y eso fue lo que sucedió exactamente en Cozumel, donde otro español, el talaverano Fernando Alarza, capturó el bronce; y Mola confirmó definitivamente las opiniones que le señalaban desde hace unos años como sucesor de Gómez Noya. Que ganó su primer Mundial en Vancouver (Canadá) en 2008, la última temporada en la que el título se decidió en una sola carrera.
Dos años después, Javi -el gran ausente en los Juegos de Río, al fracturarse el radio izquierdo un mes antes mientras entrenaba en bicicleta- festejó una segunda corona, al ganar las "World Series", el Mundial por etapas, que el Premio Princesa de Asturias de los Deportes celebró de forma seguida los pasados tres años.
En los que Mola siempre lo acompañó en el podio final. Mario fue medallista de bronce en 2013 y subcampeón el año pasado y hace dos.
El calculador mallorquín, a quién los que lo conocen bien definen como "simpático, humilde, extrovertido, amable y educado", adjetivos que saltan a la vista en una primera conversación, tomó una de sus mejores decisiones cuando decidió ponerse, a partir de 2013, a las órdenes de Joel Fillol.
El técnico canadiense, uno de los 'gurus' del triatlón, guió, antes de diseñar las estructuras de la potente federación británica, la carrera de su compatriota Simon Whitfield, el primer campeón olímpico de este deporte, que al oro logrado en los Juegos de Sídney 2000 (Australia) añadió plata en los de Pekín, ocho años después.
Llegado de la natación, curiosamente el segmento que más se le atraganta a uno de los mejores corredores del mundo, Mola recogió el premio a la constancia que le permitió convertirse en campeón al mismo tiempo que estudiaba Dirección y Administración de Empresas.
'SuperMario' lo tiene tan bien calculado todo, que comparte concentraciones y planes de entrenamientos con su novia, la gerundense Carolina Routier, asimismo triatleta y olímpica en Río de Janeiro (Brasil), donde, antes de abandonar por avería mecánica, fue la mejor nadadora: la primera en salir de las aguas de Copacabana.
En una entrevista con Efe antes lograr en Abu Dabi la primera de sus cuatro victorias del Mundial, Mario afirmaba que su meta para 2016 era doble: el campeonato y los Juegos. En Brasil fue octavo y capturó Diploma olímpico; en México, le puso el broche de oro a un curso brillante. Confirmando a España como potencia mundial.
De habitual trato afable con desconocidos, el seleccionador español, Iñaki Arenal, que le conoce bien, va mucho más lejos: "Mario es el yerno que toda madre quisiera tener", manifestó a Efe el exitoso técnico vizcaíno.
"Y deportivamente es un fuera de serie. Tiene gran talento, gran capacidad de adaptación y superación", afirmó Arenal, que explicó cuáles son sus primeros recuerdos de Mola.
"Desde siempre tuve buena relación con su primer técnico, Iván Muñoz, y conocí a Mario cuando era 'pequeño'. Siempre le gustaba todo; y estaba muy atento, para aprender. Vino un par de días a un campus que organizamos en Mallorca con una revista de triatlón donde las estrellas eran Iván Raña, Alejandro Santamaría y Eneko Llanos. Y no perdía detalle", comentó a Efe Arenal.
"Me di cuenta de que tenía madera de campeón en una prueba que ya no se hace, un campeonato de España de duatlón por selecciones, que dominó de cabo a rabo, sin dar opciones a sus rivales. De forma natural, sin ser nada forzado. Me dije '¡qué cabrón!'. Y vi que en el futuro podía ser la leche. Como ha quedado suficientemente demostrado"; explicó a Efe el seleccionador español de triatlón.