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Nadal vuelve a lo grande a la final y Anderson se lo impide a Carreño

La gran estrella fue Nadal que logró su objetivo de jugar su cuarta final del Abierto de Estados Unidos en Flushing Meadows y buscar su tercer título de campeón

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Cara y cruz lo que vivió esta noche el tenis español al ver como el veterano Rafael Nadal, cabeza de serie número uno, clasificó a lo grande a la final del Abierto de Estados Unidos, para enfrentarse al surafricano Kevin Anderson, vigésimo octavo preclasificado, que fue el verdugo de su compatriota Pablo Carreño.

Cierto que las ausencias por lesión, en el último torneo de Grand Slam de la temporada, del serbio Novak Djokovic, el escocés Andy Murray y el suizo Stan Wawrinka, que no pudo defender el título de campeón, hicieron que el cuadro no fuese tan competitivo.

Pero eso no le resta méritos al excelente momento de juego por el que atraviesa Nadal, actual número uno del mundo, después de tres años de ausencia, ni a la lucha permanente de Anderson, que a sus 31 años, consigue el sueño de disputar su primera final de un Grand Slam.

Aunque para lograrlo tuviese que eliminar a Carreño, el joven gijonés de 26 años, que también hizo historia personal al llegar por primera vez a una semifinal del Abierto de Estados Unidos y de un torneo de Grand Slam, lo que le garantiza que a partir del próximo lunes estará más cerca del Top Ten.

Pero la gran estrella y triunfador de la noche fue Nadal que logró su objetivo de jugar su cuarta final del Abierto de Estados Unidos en Flushing Meadows y buscar su tercer título de campeón --lo ganó en el 2010 y 2013--, después de dejar en el camino nada menos que al argentino Juan Martín Del Potro.

Al que derrotó por 4-6, 6-0, 6-3 y 6-2 en dos horas y 30 minutos de acción con su mejor tenis, tanto en estrategia, golpes plenos de seguridad y magia, y sobre todo de un dominio completo en cada una de las facetas del juego al que Del Potro, su verdugo en la semifinal del 2009, no tuvo respuesta a partir del segundo set.

Esta vez también el poder físico estuvo del lado de Nadal, que se aprovechó de haber llegado al duelo con el tenista de Tandil sin tanto desgaste como su rival, que cuando pudo competir al máximo en la primera manga la ganó.

El campeón de Roland Garros, nada más concluir el primer set, se dio cuenta que a pesar que había jugado un gran tenis lo había perdido por lo que tenía que cambiar la estrategia y no era otra que mover mucho más a Del Potro con sus golpes desde el fondo de la pista, sin además cometer errores no forzados, acabó el partido con 20 por 40 de su rival.

Eso fue lo que sucedió y ahí comenzó la exhibición y la marcha triunfal hacia la vigésima tercera final de Grand Slam para Nadal, que el domingo, en Flushing Meadows, con una audiencia de televisión de 200 países a través de todo el mundo, le verán salir de favorito en busca de su decimosexto título de Grand Slam.

Una marca que lo dejaría solo en la segunda posición de la lista de campeones de todos los tiempos que lidera el suizo Roger Federer, tercer cabeza de serie, al que eliminó Del Potro, en cuartos de final.

Las estadísticas no dejan ninguna duda del favoritismo de Nadal, cada vez más estrella en las pistas duras, que en los cuatro enfrentamientos anteriores con Anderson los ha ganado, incluido el partido de octavos de final del pasado torneo de Barcelona (6-3 y 6-3).

Lo anterior no significa que Anderson, primer jugador surafricano que va a disputar una final del Abierto de Estados Unidos desde que hace 52 años, en 1965, lo consiguió Cliff Drysdale, que perdió precisamente contra el español Manuel Santana por 6-2, 7-9, 7-5 y 6-1, sin que luego más volviese a tener la posibilidad de disputar otra.

Anderson también será el primer tenista surafricano que llegué a una final de Gran Slam desde que lo hizo Kevin Curren, en la del Abierto de Australia de 1984 para luego nacionalizarse estadounidense y jugar también la de Wimbledon de 1985.

Mientras que el único tenista surafricano que ha ganado un titulo de Grand Slam ha sido John Kriek, cuando consiguió del Abierto de Australia de 1981, en las siete finales que han disputado.

Anderson, que al final con su saque y subidas a la red fue mejor que Carreño, al que ha ganado en los tres duelos que han mantenido como profesionales, es consciente que el domingo no saldrá de favorito en la lucha por el título, pero su gran triunfo ya lo ha conseguido porque ha visto compensado todo su esfuerzo de muchos años de lucha.

Además de poder ser el modelo de deportista y tenista que haga que en su país los niños y jóvenes, como sucede con la figura de Nadal en España, lo tengan de referencia y motivación para practicar el deporte.

Mientras que ambos también harán que el Abierto de Estados Unidos tenga una final masculina con sabor internacional y de globalización.

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