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Voluntad, bendito tesoro

La voluntad es la capacidad que tenemos como seres humanos de sostener una acción desde la decisión a pesar de las contrariedades diarias

Publicado: 02/06/2024 ·
20:24
· Actualizado: 02/06/2024 · 20:24
Autor

José Antonio Jiménez Rincón

Persona preocupada por la sociedad y sus problemas. Comprometido con la Ley y el orden

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En tiempos de inmediatez, de facilismos y buscar el placer como fin y fundamento de la vida, necesitamos retomar un valor que ha quedado un poco en desuso: “la voluntad”. La voluntad es la capacidad que tenemos como seres humanos de sostener una acción desde la decisión a pesar de las contrariedades diarias, los contratiempos personales y los cambios en nuestros estados emocionales. Recordamos cuando éramos niños y todo lo queríamos ya, sin tolerar que nos dijeran que no. Ansiábamos la satisfacción inmediata. Sentimos hambre, queremos comer. Estamos aburridos, queremos entretenernos. Deseamos algo, queremos obtenerlo sin dilaciones.

Y en esto, habrá padres que les den a sus hijos todo aquello que les piden al más mínimo suspiro, y cuando dejen de ser niños, buscarán satisfacciones inmediatas y abandonarán sus objetivos ante la más mínima frustración o ante el menor esfuerzo. Sin embargo, aquellos padres que tengan un comportamiento estricto con sus hijos a los que les ignoran y subestiman sus necesidades, serán grandes, jóvenes que ni siquiera se propondrán grandes objetivos porque sabrán que tendrán que trabajar mucho para conseguirlos. En el medio, aquellos otros padres que satisfacen equilibradamente las demandas de sus hijos y les enseña la espera y la dedicación, el esfuerzo y la constancia, sus hijos crecerán con la capacidad de sostener su acción a pesar de la frustración y de la mediata satisfacción.

Todas estas reflexiones nos conduce a concluir que podemos contribuir en mucho como padres a desarrollar la virtud de la voluntad en nuestros hijos alertándolos a recorrer su camino y a no dejar sus proyectos por la mitad, sólo necesitarán entrenar la voluntad en la escuela de la vida cotidiana y encontrar ocasión de práctica para fortalecerla con cada nueva experiencia.

La voluntad, como cualquier otra cualidad, se fortalece y crece en aquellas personas que ejercen la titánica tarea de sostener sus objetivos a pesar del cansancio, de la pereza, de la frustración y del error. Las personas que cultivan la voluntad logran vislumbrar las consecuencias positivas de sostener su esfuerzo. Ven más allá del sacrificio inmediato que les demanda. Acompañan esa visión junto con una cualidad que resulta fundamental: la automotivación., es decir, tener un motivo para llevar adelante una acción y que se recuerde el para qué de un determinado esfuerzo, de una esmerada dedicación. Renunciar al placer inmediato, es apostar a una a satisfacción futura.

Si además de pasarlo bien, buscamos hacernos bien, nos iremos construyendo con voluntad una vida que verdaderamente nos agrade y de la cual nos sintamos orgullosos. Una cotidianidad, en donde los resultados conseguidos tengan el sabor del triunfo y de la superación personal, nos otorga una sensación de satisfacción mayor que el placer de rendirnos a la comodidad o los placeres del momento. Madurar emocionalmente supone un pasaje hacia la elección de lo beneficioso para sí, aunque esa elección suponga trascender el desgano, hacer esfuerzos y superar la desidia. Eso no supone renunciar a pasarlo, bien sino la conquista de una sensación mucho más honda de sentirnos a gusto con nosotros mismos y orgullosos respecto de quienes estamos siendo, momento a momento. Por lo tanto, la voluntad ejercida hacia el logro de las propias metas nos regala una existencia en la que el crecimiento no esta medido por la edad cronológica, sino por la expansión de los propios recursos. Y vale aclarar que…, un talento generalmente no es fruto de una inspiración divina sino de una acción trabajada, enriquecida, sostenida y honrada.

Con el paso de los años, todos inclinamos la mirada hacia atrás… Si la cosecha es buena es porque hemos sabido cultivar los valores del esfuerzo, de la perseverancia, de la conciencia y de la voluntad esmerada. Cualidades todas que se conquistan a diario y se perfeccionan con la práctica. Un talento generalmente no es fruto de una inspiración divina sino de una acción trabajada, enriquecida, sostenida y honrada.​

Es conveniente establecer rutinas que supongan decisiones preestablecidas acerca de como organizar cada día, lo que evita el conflicto de tener que elegir entre una u otras opciones. La decisión ya está tomada a partir de la palabra dada hacia uno mismo, sin caer en debates internos que no quiten tiempo ni dejarnos guiar por las emociones momentáneas. No hay de qué dudar (dijiste que harías esto, así lo harás. No dejes lugar a justificaciones o renegociaciones tramposas).

Abre tu mente, oxigena tu cerebro con nuevas ideas, descubre nuevas maneras de hacer cada vez mejor lo que es importante para ti. Esta actitud es estimulante y motiva el compromiso con nuestras tareas. Lleva a la práctica lo que vas incorporando. Lo único que genera cambios en la vida real son las acciones. Las teorías, las ideas y las intenciones son los nutrientes de los resultados que puedes conseguir, pero para que haya un resultado concreto debes tomar decisiones y saber manejarlas.

La voluntad es la virtud que fortalece la confianza en uno mismo. Nos reafirmamos cada vez que nos prometemos algo y actuamos en coherencia con ese propósito. Al momento de plantearnos una meta, de inmediato debemos preguntarnos si estamos decididos a hacer los esfuerzos que se requieren para conseguir lo pretendido. Si no es así, es tiempo de buscar sueños acordes a los esfuerzos que estamos dispuestos a asumir.

Aquellas personas que admiras, no tuvieron suerte…, tuvieron la voluntad de dedicarse con determinación a una vocación o una meta y lo consiguieron. No hay magia ni promesas incumplidas, hay compromiso y acción nutrida. La voluntad dirigida y sostenida crea todo aquello que a simple vista no se ve desde un comienzo, pero está debajo de la tierra fértil, de lo que hemos sembrado con perseverancia y que hemos regado a diario surgiendo el brote; ¡La voluntad es en gran parte, garantía de lo que quieres obtener en tu vida!. Y en la de tus hijos.

 

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