Busco en las diferentes páginas web un término que me llama mucho la atención,
la misoginia. La palabra está formada por la raíz griega
miseo, que significa
odiar
, y gyne cuya traducción sería mujer, y se refiere al odio, rechazo, aversión y desprecio de los hombres hacia las mujeres y hacia todo lo relacionado con lo femenino e incluye insultos o calumnias y un lenguaje de que las mujeres son inferiores a los hombres.
Existen diversas misoginias con diferentes características entre ellas, desde la discriminación sutil hasta la violencia explícita. En la más tradicional, la mujer es considerada inferior a los hombres y se manifiesta a través de actitudes y comportamientos que subestiman las capacidades y los roles de las mismas, relegándolas a posiciones secundarias en la sociedad. Luego está la violenta; que incluye actos de agresión física, emocional o sexual dirigidos específicamente hacia las mujeres. Abarca desde el abuso doméstico y el acoso sexual hasta formas más encubiertas de intimidación y control. Este tipo de misoginia es especialmente peligrosa porque busca dañar directamente a las mujeres y minar su dignidad. Puede resultar mortal.
Y una de las más peligrosas es la institucional, porque está dentro de las políticas, leyes y prácticas que se dan en organizaciones y estructuras sociales que mantienen desigualdades de género y discriminación, como puede ser la brecha salarial, menor representación en posiciones de liderazgo y la falta de políticas de apoyo en el ámbito laboral y social. Aunque a veces es la propia mujer la que practique una forma de misoginia contra ellas mismas u otras mujeres que las lleva a cuestionar su propio valor, a limitar sus aspiraciones y a perpetuar estereotipos negativos. Algunos ejemplos para entender esta conducta es la autocrítica excesiva, la justificación de la desigualdad y la discriminación o la aceptación de los roles de género restrictivos.
En la esfera digital, la misoginia es especialmente cruel porque se manifiesta en redes sociales y foros en línea. Incluye ciberacoso, comentarios sexistas, difusión de imágenes sin consentimiento y discursos de odio dirigidos a mujeres que puede tener un impacto muy negativo en su autoestima. Además se fomenta y perpetúa una cultura de impunidad y anonimato que protege a los agresores. Muchas mujeres se han suicidado por no soportar el acoso tan brutal de este tipo de misoginia que las pone en una situación muy desfavorable psicológicamente ante la sociedad (amigos y familia) y las destruye hasta ese punto.
Imagina un mundo en el que una vasta red de incels y otros misóginos son capaces de operar prácticamente sin ser detectados. Estos extremistas cometen actos terroristas deliberados contra las mujeres. Los adolescentes vulnerables son preparados y radicalizados. No tienes que imaginar ese mundo. Ya vives en él. Quizá no lo sepas porque no nos gusta hablar de ello. Pero ya es hora de que empecemos. (Laura Bates, autora del libro
Los hombres que odian a las mujeres).
Con este libro, Bates se adentra en la clandestinidad para sacar a la luz vastas redes y comunidades misóginas. Es una inmersión profunda en el extremismo mundial con entrevistas con antiguos miembros de estos grupos y con las personas que luchan contra ellos, lo que ofrece una visión única del funcionamiento de este movimiento. Las ideas se difunden desde los rincones más oscuros de Internet -a través de
trolls, medios de comunicación y celebridades-, hasta las escuelas o lugares de trabajo sin censura.
¿Cómo detectar a un misógino? Si tienes a un misógino a tu lado, es muy posible que acabe controlándote, que te vea como una propiedad o que reaccione con comportamientos virulentos. Lo primero que tenemos que hacer es aprender a identificar a un misógino porque no se muestran que lo son y además son encantadores.
La psicóloga Silvia Congost, especialista en autoestima, dependencia emocional y relaciones, los enumera así:
Llegan siempre tarde, prometen cosas que no tienen ninguna intención de hacer, se apropian de ideas u opiniones de una mujer y aportarlas en público como propias sin darle ningún crédito a ella, exigen sexo, niegan sexo, se sienten terriblemente mal si una mujer tiene más éxito que él a nivel profesional, engañan a la mujer con la que salen por no considerar que deban centrarse con una ni que les deban nada, tratan a la mujer de la forma opuesta a la que sabe que ella desea, en el trabajo tratar diferente a una mujer que a un hombre. Así que ojo cuando se trata de escoger pareja masculina.