Los párpados ya no pueden soportar tanta luz y ceden ante las protestas de mis ojos. Pero ya no hay excusas para seguir en la cama. Además, es viernes, con todo lo malo (y lo bueno) que eso conlleva.
El móvil está cargado a tope, genial, porque le daré mucho uso este fin de semana. No quiero ni pensar como pueden haber sobrevivido tanto tiempo sin este invento. Es un ordenador de bolsillo y paso horas enganchado a este artilugio.
La ruta la tengo muy clara. El Malagueño, La Tienda, El Cifu, El Chupito , La Espuma y El Europa. Ya me preocuparé luego del orden, eso es lo de menos.
Antes de dar el primer buchito al zumo de naranja, coloco el periódico para prepararme a leerlo con tranquilidad, aunque sé que, una vez más, Fátima habrá hecho una labor excelente. Viva Barbate. Pues claro, que Viva mucho.
El comienzo es arrollador, como no podía ser de otra manera. Mientras embadurno ( qué me gusta esta palabra) mi rebaná de manteca colorá, alucino con la primera página, donde se unen el arte de Younes y la sabiduría de Manuel Varo para avisar de que no se lee un periódico ordinario, de eso nada, es extraordinario.
Pues nada, no hay más remedio que seguir leyendo. Manda la actualidad, así que continuo buceando y esperando encontrar alguna noticia positiva, pero la cosa está muy malita, así que, de momento, lo mejor es pedirle a mi virgencita que me quede como estoy.
Ya llevo media tostada en el cuerpo y he visto las sabias reflexiones de José Diego Amores y los siempre recomendables consejos de Fernando Arévalo. Queda poco para terminar de leer el periódico, y no me gusta, porque hasta dentro de quince días no podré volver a vivir otro momento igual.
Acabo mi desayuno poniéndome al día de las noticias deportivas gracias a Nico Bernal. Parece que el Barbate vuelve a resurgir y eso me llena de alegría. Ojalá se acaben los apuros para el equipo del pueblo y pronto podamos asistir, cuantos más mejor, a un nuevo partido en el Munici (como le llama un amigo mío).
De todas formas, pasará mucho tiempo hasta que podamos acostumbrarnos a no ver en las páginas del periódico los artículos de nuestro gran amigo Chan. En fin, que se le echa mucho de menos.
El caso es que no sabía sobre qué escribir esta semana, pero recordé que hoy es viernes y sale el Viva.
Mi móvil está a tope de carga, pero hay cosas y momentos que la tecnología no puede suplir.