Ya está aquí, fiel a su cita. El más parco en letras y el más amplio en cuanto a sensaciones. Comienza con un refrán que no siempre se cumple, aunque este año, abril sí que ha traído aguas mil. De todas formas, a los partidarios de mayo eso nos da igual porque, venga como venga, siempre nos parecerá florido y hermoso.
También acaba con otro dicho bastante acertado, a pesar de que nunca vaya a durar cuarenta días. La climatología del quinto mes del año es bastante caprichosa y puede pasar, en cuestión de horas, de un calor agobiante a la necesidad imperiosa de, aunque no un sayo, buscar, al menos, una rebequita para no pillar una pulmonía de campeonato.
Con la primavera ya en su máximo esplendor, estas fechas vienen cargadas de recuerdos memorables. Cierro los ojos y me veo, junto a mis amigos, convirtiendo una caminata de varios kilómetros en un paseo lleno de ilusión para pasar un día de campo en La Oliva. Sobre todo, porque ese será el pistoletazo de salida para sumergirnos en los tres meses más esperados del año, los del inigualable verano. Para celebrarlo, cada 7 de mayo nos atiborrábamos de helado como aviso de todo lo que quedaba aún por digerir.
Y me apetece seguir evocando momentos, como los de esos primeros baños playeros. Baños furtivos, por supuesto, ya que el permiso Divino no se otorgaba hasta la llegada de nuestra Patrona, el 16 de julio, que se encargaba entonces de bendecir todas las aguas de este paraíso.
Hasta el estómago se une a mi viaje mágico en el tiempo cuando recuerda los manjares que se pueden degustar en el mes de las flores. Al sabor de un atún rojo (el mejor del mundo) que, por algo será, lleva haciendo la misma ruta y honrándonos con su visita durante miles de años, le acompañan unos exquisitos caracoles al poleo o en tomate, como gusten ustedes.
No me da la gana despertar todavía. Para hacerlo a gusto, tengo que recorrer varias veces el trayecto entre los cines Puerto y Terraza para embriagarme con la maravillosa fragancia que desprenden sus jazmines.
Damas y Caballeros, estos son mis principios. Si no les gustan, tengo otros, aunque les aseguro que no serán tan fantásticos. Por eso, una vez más, y esperando que aún me queden muchas, le doy la bienvenida al mes más especial del año.
“ Si bien quieres mayear, Barbate has de visitar”.