La concejal de Servicios Sociales, Igualdad y Familia del Ayuntamiento de El Puerto de Santa María, Carmen Lara, ha visitado la mesa informativa que la Asociación de Familiares y Personas con Enfermedad Mental, Afemen, ha instalado en la calle Luna con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, que se celebra hoy, 10 de octubre, con el lema “Dale like a la Salud Mental, por el derecho a crecer en bienestar”.
La edil, quien señala que las personas interesadas pueden encontrar más información en la página web, ha conversado con los miembros de la mesa y leído el manifiesto, que este año se dedica a la infancia, la adolescencia y la juventud, agradeciendo la labor que la entidad, encabezada por la delegada de Afemen en El Puerto, Encarna Feo, realiza desde su sede sita en Adelfas, 63, en la barriada de El Tejar (teléfono 956 87 50 74) , una de las 13 con las que Afemen cuenta en toda la provincia, desde donde se realizan programas de recuperación e inclusión social, de atención en centros penitenciarios, vacacionales, de voluntariado, de atención a familias y de concienciación social, así como talleres ocupacionales.
El Manifiesto señala, entre otros aspectos, que en la sociedad en que vivimos acechan multitud de peligros para la salud mental y el resultado es que 1 de cada 7 personas jóvenes, de entre 10 y 19 años, padece algún trastorno mental, la mitad de los problemas de salud mental aparecen antes de los 14 años, 1 de cada 4 jóvenes declaran haber tomado sicofármacos y 9 de cada 100 jóvenes experimentó ideas de suicidio “continuamente o con mucha frecuencia”.
El Manifiesto reclama una mayor coordinación entre los ámbitos sanitario y educativo para una perspectiva múltiple e integradora y afirma que se echa en falta “una educación emocional que prepare a la persona joven para un eventual episodio de frustración, en esta sociedad de la imagen, individualista y competitiva”. El texto apuesta por “formar a los docentes para lograr una detección temprana de los problemas de salud mental”, “ofrecer más espacios de diálogo y reflexión a la juventud” y “humanizar las relaciones interpersonales”, de manera que “la vida sea,
ante todo, un lugar para vivir”.
El manifiesto no olvida a “la infancia y la juventud migrante, que sufren el desgarro de un conflicto bélico y se ven obligados a abandonar sus lugares de origen”, esperando “que encuentren entre nosotros y nosotras el bienestar al que todo el mundo tiene derecho”.