Hasta media docena de embutidos diferentes se integran en los cachitos. Ahora que está tanto de moda todo lo crudo, es como un tartar gigante en el que hay cachitos de jamón, lomo, chorizo, salchichón... Todo curado e ibérico, eso sí. Encontramos la montaña de recortes repartida en bandejas. En un día bueno pueden despacharse varios cientos de bocatas de cachitos, sobre todo en los meses de verano, que es cuando la población en Chipiona se dispara.
Este novedoso relleno se remonta a la década de los sesenta. Antonio Martín, el abuelo, aprovechaba así los rabitos de los embutidos. Y vaya si lo hizo. Sesenta años ya de aprovechamiento y de deleite para los paladares tanto de desayuno como de aperitivo o de merienda. Rara es la vez que uno se asoma por este clásico de la hostelería chipionera y no ve a Antono Martín con su viejo cuchillo siempre afilado y presto para el corte preciso.
Ya puestos, hay que visitar también el rincón dedicado a Rocío Jurado, parienta de Antonio y amiga de la familia.
BAR EL GATO. Calle Pez Espada, 9. 11550 Chipiona, Cádiz.