La Policía Nacional ha detenido en El Puerto de Santa María a dos mujeres como presuntas autoras de cuatro hurtos, con una cuantía cercana a los 5.000 euros, cuyas víctimas eran personas mayores que acaban de sacar del banco el dinero de su pensión mensual.
Según ha explicado la Policía Nacional en una nota, la investigación se remonta al mes de marzo cuando fueron interpuestas varias denuncias donde cuatro personas mayores de avanzada edad manifestaban haber sufrido la sustracción del dinero de sus pensiones en la vía pública.
En el momento de la presentación de las denuncias las víctimas no pudieron aportar muchos detalles sobre lo ocurrido, ya que ninguna de ellas se percató en ningún momento de que alguien les intentó sustraer el dinero, dado la alta especialización de estas delincuentes en este tipo de hurtos.
Así, en sus declaraciones los perjudicados manifestaron haber visto en algún momento desde que sacaron el dinero hasta que se percataron de la falta del mismo que dos mujeres les habían observado en una actitud extraña y que presentaban características similares en todas las denuncias.
Por su parte, los agentes iniciaron sus actuaciones dirigidas a esclarecer los hechos partiendo del dato que aportaron los denunciantes sobre las dos mujeres observadas en actitud sospechosa en el día que habían sufrido los hurtos de sus pensiones.
Así, después de numerosas gestiones policiales y de varios meses de investigación, los agentes pudieron que dos mujeres, las cuales contaban con antecedentes policiales por cometer hechos delictivos utilizando de naturaleza similar, habían sido las autoras de los hechos.
La Policía he explicado que las dos mujeres se situaban en las cercanías de las sucursales bancarias a la espera de que alguna persona de avanzada edad entrase y, una vez dentro, las detenidas accedían a las oficinas bancarias con el fin de observar donde las víctimas guardaban el dinero que extraían, normalmente cantidades que sumaban la totalidad de la pensión mensual.
Una vez localizado el lugar donde guardaban el dinero, esperaban que la víctima saliera al exterior para comenzar a seguirlas hasta encontrar el momento más propicio para, de forma ágil, muy profesional y sin que pudiesen percatarse de ello, hurtar el dinero anteriormente retirado.
