En relación a la polémica suscitada por la celebración por parte del concejal del Grupo Levantemos Javier Botella Franco de una boda civil disfrazado de sacerdote, el alcalde presidente de la Corporación, David de la Encina, desea manifestar que, tras haber comentado lo sucedido personalmente con el concejal, éste le ha transmitido que no ha sido su intención ofender a nadie, ni a las personas que profesan la fe cristiana ni a ningún otro colectivo ciudadano, y que él mismo se ocupará de dar las explicaciones a quien se las demande. De hecho, ya lo ha ido haciendo a lo largo del fin de semana y del día de hoy por distintas vías.
A nivel institucional, David de la Encina ha solicitado información al Secretario Municipal acerca del alcance de la conducta del concejal Javier Botella, recibiendo la indicación de que “el Reglamento de Organización y Funcionamiento de la Corporación no prevé este tipo de actuación, más allá del principio general que todos los concejales/as deben cumplir sus responsabilidades con dignidad, decoro y respeto a todas las instituciones y a la ciudadanía a la que se deben los miembros de la Corporación”.
En este sentido, y sin que hasta el momento haya existido un precedente similar, no cabe aplicar ningún tipo de medida ejecutiva en el seno del citado Reglamento de Organización municipal, que es el marco dentro del que puede actuar el alcalde presidente de la Corporación.
A nivel personal, David de la Encina “considera que en todas las relaciones sociales es fundamental el respeto entre las personas y hacia las instituciones; y en el caso que nos ocupa encuentra que la actuación del concejal oficiando un matrimonio disfrazado es una falta de respeto a la solemnidad de un acto oficial del nivel de una boda, además de que siendo el disfraz de sacerdote muchas personas han podido verse ofendidas en cuanto a su fe y a los símbolos de la religión cristiana. En todo caso, estoy convencido de que Javier Botella no ha tenido intención en causar daño ni ha sido su ánimo ofender”.
“Personalmente, por último, lamento esta polémica que me parece no aporta nada positivo a una ciudad tan estupenda y con tanto bueno de lo que hablar como El Puerto de Santa María”, concluye el alcalde.