La huelga fue convocada el sábado por la Federación General de Sindicatos de Bahréin para apoyar las protestas políticas que estallaron el 14 de febrero en Bahréin y que hasta hoy han causado media docena de muertos.
El seguimiento del paro general, sin embargo, tuvo un eco limitado. Mantuvieron sus puertas cerradas las escuelas y algunas empresas de servicios y algunas redes de transporte suspendieron sus operaciones, pero la convocatoria no logró paralizar el país.
De hecho, a primera hora de esta tarde la federación sindical desconvocó la huelga general, que estaba condicionada a que el Ejército se retirara de las calles, un requisito cumplido ayer, y que se permitiera a la gente manifestarse libremente.
El Gobierno bahreiní intentó ayer quitar argumentos a las protestas y retiró a la policía y el ejército de la céntrica rotonda Lulu en Manama, que se ha convertido en el epicentro de las manifestaciones, y además tendió la mano a la oposición para que participe en un diálogo nacional.
Pero, en un comunicado difundido hoy, los siete principales grupos de la oposición dijeron que antes de participar en un diálogo nacional "serio y que conduzca a reformas importantes" debe haber medidas positivas del Gobierno "para preparar el ambiente adecuado" con vistas a estas negociaciones.
Con esa postura, que busca también un calendario para estas reformas, la oposición no rechazó de antemano participar en el diálogo, pero sí puso condiciones previas para sentarse a la mesa de negociaciones.
Entre las reformas que pide la oposición se encuentra la necesidad de que Bahréin no sólo tenga una monarquía constitucional en el papel, sino que se confirme con los hechos, algo que, según creen, no existe ahora.
Una de las dos cámaras del Parlamento, cada una con 40 escaños, es designada directamente por el rey, y la otra es elegida por el voto popular. El monarca también nombra al jefe de Gobierno y a los ministros y, de hecho, el primer ministro, Jalifa bin Salman al Jalifa, es tío del rey de Bahréin, Hamad bin isa al Jalifa.
En la rotonda Lulu, la plaza más importante del centro de Manama, estaba ocupada hoy por miles de personas, que volvieron a ocupar el lugar después de que se retirara ayer el Ejército y las fuerzas de seguridad.
Allí, los manifestantes van más allá de las reformas puntuales que pide la oposición.
"Mucha gente está echando la culpa a la familia gobernante, y piensa que está perdiendo el tiempo", dijo a la cadena qatarí de televisión Al Yazira el legislador de la oposición Matar Ibrahim Matar.
"Tienen que tomar una decisión inmediatamente. La familia gobernante está controlando todo y no sabemos dónde terminarán las cosas", agregó el diputado.
El monarca bahreiní, por su parte, se reunió hoy con el Gobierno para analizar, entre otros asuntos, la oferta de diálogo hecha a la oposición, una iniciativa que ha quedado en manos del príncipe heredero, Salman bin Hamad al Jalifa.