El octogenario ex militar argumentó que no había cambiado su postura desde su última declaración indagatoria, en la que había dicho que desconocía los delitos que se le imputan, según las fuentes.
Olivera, un emblemático represor de la dictadura (1976-1983), está acusado de 120 secuestros, incluido el del escritor Haroldo Conti, y de los homicidios de los legisladores uruguayos Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz, y de los militantes de izquierda también uruguayos Rosario Barredo y William Whitelaw.
En términos de cantidad de víctimas, el proceso judicial, que comenzó el martes, es considerado el más importante por crímenes de terrorismo de Estado desde el histórico Juicio a las Juntas Militares en 1985.
El inicio del proceso no estuvo exento de polémica por las restricciones impuestas por el tribunal a la presencia de los medios de comunicación.