El Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN), inauguró ayer oficialmente el mayor acelerador de partículas del mundo, su proyecto estrella, pese a la avería que le mantendrá parado el LHC hasta la primavera de 2009. Los responsables del CERN así como los principales representantes de Estados miembros quitaron importancia al contratiempo del Gran Colisionador de Hadrones, y aseguraron que eso no cambia las grandes perspectivas que se abren con este proyecto que ha costado 4.000 millones de euros y con el que se quiere desentrañar los misterios del Universo.
“El LHC es un proyecto audaz, que ha necesitado más de 20 años de planificación y que nos permitirá investigar el 96%del universo que nos es desconocido, y aunque hoy es una fiesta, no puedo negar que siento decepción por el incidente que ha obligado a parar la máquina”, dijo el director general del CERN, Robert Aymar, en sus palabras de inauguración.
Pero, tras agradecer a los estados miembros sus esfuerzos y contribuciones, Aymar aseguró que “tenemos el equipo y los medios para repararlo y para garantizar que algo así no vuelva a ocurrir”. Unos 1.500 invitados asistieron al evento, pero sólo Suiza estuvo representado por su jefe de Estado, Pascal Couchepin, mientras que por Francia asistió el primer ministro, Francois Fillon.