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España

Pujol pide perdón en un libro, pero niega ser "un corrupto"

Dice que Cataluña no conseguirá la independencia y aconseja un acercamiento que permita un "clima de diálogo" en el conflicto catalán

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  • Jordi Pujol. -

El expresidente de la Generalitat Jordi Pujol ha pedido perdón a sí mismo y a los catalanes por tener dinero en Andorra sin declarar que, según su confesión el 25 de julio de 2014, procede de una herencia de su padre; ha negado ser "un corrupto" y ha admitido que sufre por su familia y Cataluña.

"Sobre todo tengo que pedir perdón a la gente de mi país. Esto es lo que cuenta. Puede parecer una figura literaria esto de pedir perdón también al joven que yo era hace más de 60 años, pero no lo es. No sé bien lo que es, pero, en todo caso, no es una figura literaria. Es la expresión de un dolor", admite en el libro titulado 'Jordi Pujol, entre el dolor y la esperanza' (Editorial Proa y Enciclopedia) escrito por Vicenç Villatoro y que se ha publicado este miércoles.

Según Pujol, pide perdón no con ánimo de rehabilitación porque manifiesta su voluntad de asumir unos errores personales que vive "con rabia y vergüenza", pero no quiere caer en la desesperación que lleva a la autodestrucción.

De hecho, en diversas ocasiones define lo ocurrido como un "desgarro" y admite que cuesta entender que aceptara tener dinero en el extranjero no declarado en España, que no utilizó ni gastó, y que ello ha generado tristeza, decepción, indignación y le ha obligado a hacer una reflexión sobre sí mismo.

"Es verdad que estoy imputado, pero sin ningún tipo de prueba que me involucre en hechos de corrupción. Yo no soy un corrupto", añade también Pujol en su defensa, que asegura que está preparado para ir a prisión, para la ruina y para la muerte, pero no para el deshonor y la vergüenza pública.

Desde el arrepentimiento y un sentimiento de culpabilidad, asume que la recuperación de su figura será "lenta y dolorosa, y en el mejor de los casos no será completa", y que desde el primer momento se apartó de la vida política y social.

Según Pujol, ha sufrido un "ensañamiento intenso y furioso" y desconoce si la historia lo absolverá, pero reivindica lo que hizo al frente de la Generalitat durante los 23 años de sus gobiernos junto con el papel que jugaron los ayuntamientos, diputaciones y otras entidades, así como gente de otros partidos.

PROCESO INDEPENDENTISTA

Sobre si ve posibilidades de introducir elementos de pacificación, diálogo y negociación en el proceso independentista, Pujol constata que "no ha habido un intento serio de restablecer puentes de diálogo y de negociación, de auténtica negociación, no para perder el tiempo o para tergiversar".

"Yo no impulsé el movimiento independentista", ha recalcado el expresidente catalán, tras recordar que durante años situó la reivindicación de Cataluña en el marco de un proyecto español y europeo, y frenó iniciativas de ruptura o distanciamiento.

Tras advertir de que no contribuirá a que la política sea un "y tú, más", ha dejado claro que no tirará de la manta por más que se lo pidan, a raíz de su comentario durante su comparecencia en el Parlament para hablar de la causa contra él y su familia.

También cree que para tirar adelante cualquier proyecto colectivo en Cataluña hay que tener "la casa ordenada, y no lo está", aunque entiende que Cataluña reclame respeto por su identidad y sus instituciones y que pida más autogobierno y una reforma de la estructura política del Estado.

"No tanto la independencia, excepto en algún momento de tensión especial, como hace ahora una parte muy importante del pueblo catalán", suscribe Pujol, que ha avisado de que el nacionalismo catalán --independentista o no-- puede ser un factor importante de desbarajuste de la política española.

En su opinión, parece evidente que Cataluña "no conseguirá la independencia" pese al aumento de los que la defienden, pero puede crear una situación que dañe seriamente la estabilidad del Estado, y por ello ha llamado a hacer un esfuerzo para acercarse para encontrar un clima de diálogo que permita precisar el punto en el que se estropearon las relaciones.

FINANCIACIÓN Y REFUNDACIÓN DE CDC

Sobre las acusaciones de presunta financiación irregular de Convergència, Pujol ha precisado que muchos partidos y políticos europeos, también españoles, han tenido problemas parecidos "pero en ninguno ha habido el ensañamiento que ha habido contra CDC".

Aunque asegura que puede admitir que pueda haber casos en que ha habido actuaciones incorrectas y punibles, cree que con el incremento de la tensión de las relaciones entre Cataluña y el resto de España la movilización política, policial y jurídica contra él y contra CDC "se endurece mucho, y se movilizan todo tipo de instancias, legales o no, que salpican a todo el mundo".

También se refiere a la crisis del espacio convergente, donde cree que han participado diferentes factores, empezando por la crisis económica, la voluntad que Convergència de refundarse y la afectación de casos de corrupción reales o supuestos, sumado al "daño" provocado por su persona.

Desde su confesión, ya no es miembro de CDC ni de ninguna de las formaciones que han heredado dicho espacio, pero ha puntualizado que ello no implica que no se sienta vinculado a éste.

Pese a todo, considera que la manera cómo se ha abordado la crisis derivada de su confesión en el marco de Convergència se podría haber hecho "de forma más serena, y salvar más muebles, bastantes más".

FAMILIA

En relación a su familia, explica que con Marta Ferrusola tuvieron siete hijos por "fe cristiana y patriotismo", y reconoce que no cumplió suficientemente bien como padre de familia y que fue culpa suya.

"Una culpa que no debo trasladar a mis hijos ni a mi esposa. Sobre todo no a mi esposa, que es quien mientras pudo actuar sobre el conjunto de la familia, lo hizo con eficacia. Después no tanto. Y me considero especialmente responsable, más bien porque soy y era el jefe de familia", expone.

Sobre si ha querido asumir los problemas de sus hijos, cree que puede que sea así pero apunta: "Soy como soy. Y en todo lo que nos pasa alguna responsabilidad moral debo tener".

Aunque mantiene su fe cristiana, sin el entusiasmo de su juventud, admite que ahora no le consuela suficientemente ahora que vive una "crisis profunda" y una resignación que le ha repercutido en sus relaciones humanas en general y también en la familia.

Al preguntársele si sitúa el caso Banca Catalana en el ámbito de los errores personales, lo niega destacando que "no hubo ninguna falla ética y, en todo caso, si hubo alguna, fue técnica o profesional, pero sobre todo de exceso de ilusión".

En la presentación del libro, Villatoro, acompañado del también periodista Josep Ramoneda, ha explicado que el libro recoge lo plasmado en diversos encuentros presenciales y analógicos, el primero de los cuales en febrero de 2019 y el último en verano del año pasado, y que tiene la sensación de haber pedido a Pujol su "testamento político".

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