El nuevo entrenador del Granada, José Ramón Sandoval, sustituto del uruguayo Alexander Medina, destituido este martes, afirmó en su presentación que "si no creyera" en las opciones de permanencia del equipo, penúltimo de LaLiga a 13 puntos de la salvación, "no habría venido" y apeló a "empujar entre todos" para conseguirlo.
Sandoval, el tercer técnico granadinista esta temporada tras los destituidos Paco López y 'Cacique' Medina, destacó en rueda de prensa que le ilusiona más "este reto" que el de su primera etapa en el banquillo rojiblanco, en la que salvó al Granada en las cuatro últimas jornadas de la 2014-15 del descenso, ya que ahora "quedan diez partidos" y entonces eran sólo cuatro.
"Se lo he dicho a los jugadores. Si yo no creyera, no hubiera venido porque sería el primero en estar engañandome volviendo a un sitio donde me siento querido. Si vengo con ganas y con la energía de darle la vuelta a la situación, es porque creo en ello. El año pasado me lo ofrecieron en una experiencia similar y no acepté porque no lo veía", dijo.
El madrileño, de 55 años, recalcó que es una persona que va "a tumba abierta y en esta plantilla hay jugadores que también van a tumba abierta", y consideró positivo que conozca y ame "la ciudad" y también al club, además de recordar que en su anterior etapa, desde mayo de 2015 hasta febrero de 2016, no le habían "dado nada" a la afición, pero ésta sí se lo dio "todo a ellos".
Tras indicar que es "una enorme satisfacción volver otra vez aquí", ya que en su día se marchó sintiendo que era su "casa", manifestó que ha decidido regresar porque sigue llevando en su corazón "ese escudito del Granada por los momentos especiales vividos aquí" y que ahora le "gustaría volver a repetirlos".
"Cojo esto porque me inspira una gran confianza el equipo de trabajo y, sobre todo, una plantilla con grandes jugadores. Lo que le hace al equipo es ver que detrás hay gente que lo siente, lo vive y quiere que lo consigan. No voy a dejar caer a este equipo de esta manera, venimos a buscar soluciones y vamos a ver si lo podemos conseguir", subrayó.
Consideró que ha habido partidos en los que "el resultado no ha sido justo con el Granada" y ello "ha penalizado mucho" a sus antecesores, López y Medina, pues hubo "mucho esfuerzo para ahogarse en la orilla".
Sandoval aseveró que él llega "a ayudar, a perdonar, a intentar que los jugadores no se equivoquen", y a tratar de armar "un equipo alegre", que la próxima jornada salga en un duelo directo en el campo del Cádiz " y no lo vea como una final, sino a divertirse, a sentirse bien y a contentar a su gente", ya que "el futbol son sentimientos".
"Es muy triste llegar al final de temporada ya descendido, hay que luchar hasta el último partido, como la vez anterior, cuando pusimos todo para que todo se decidiera en la última jornada. Aunque ganemos los diez partidos -incluido el de casa que fue aplazado en su día ante el Valencia-, como los demás no pierdan no vamos a conseguir nada. No vamos a vender humo, vamos a fijarnos metas cortas para llegar con opciones al final", insistió.
Añadió que "el primer objetivo es ganar en Cádiz" y que "esto es para valientes" y tienen que "salir a ganar, sin especular", y admitió que su vuelta al Granada en esta situación puede definirse como "un marrón y se puede especular" con que lleva "un año y medio sin entrenar", aunque esta llamada no sólo supone "un puesto de trabajo", sino que es de un club al que lleva "dentro".
"No vengo con ánimo de protagonismo, vengo a ayudar a mis jugadores. He visto un vestuario con mucha responsabilidad que me va a coger de la mano. Vamos a intentarlo", afirmó Sandoval, quien, en un principio, ha firmado hasta el final del curso porque no puede "hipotecar a un club" al que quiere, aunque matizó que luego ya se verá.
El director general del Granada, Alfredo García Amado, quien coincidió con Sandoval en el Sporting y el Córdoba, defendió que "era el momento de cambiar" y tienen "ganas de luchar por el objetivo" porque, si pensaran lo contrario, "lo más fácil hubiera sido dejarse ir y dejar que termine la temporada".
"Seguimos defendiendo el proyecto con la misma fuerza y vamos a intentar renovar el objetivo, pero sobre todo dignificar el escudo, a la afición y a esta camiseta. Es una decisión consensuada, no sólo de Matteo (Tognozzi) -el director deportivo-, que no es el demonio. Todos tenemos nuestra parte de culpa", agregó.
