La gravedad de las familias por su situación económica va en incremento desde principios de año y ante los datos de paro arrojados ayer, las perspetivas no son halagüeñas y afectan directamente a tres organizaciones humanitarias involucradas en la atención a personas que ahora necesitan ayuda económica y alimentaria ante el cambio social que se está experimentando.
El director de Cáritas Diocesana, Rafael López-Sidro, asegura que las familias “cada vez tienen más problemas y que las ayudas que necesitan son también más”. No sólo necesitan alimentos que llevar a sus hogares o ropa, sino que no pueden hacer frente al pago de recibos, del alquiler o la hipoteca.
Sólo en la capital, Cáritas Diocesana atiende a 8.000 familias, de las que más del 35% está en riesgo de exclusión porque ya no perciben ninguna prestación social. Sus ingresos son nulos y sus necesidades numerosas. Las colas en el banco de alimentos y enseres abre de lunes a jueves y hay colas una hora y media antes, cada mañana, para recoger lo que necesitan, siendo ésta una de las estampas de la crisis.
La Fundación Banco de Alimentos de Jaén trabaja con 130 instituciones (35.000 personas atendidas en la provincia), pero tienen 25 en espera, lo que supondría llegar a cinco mil personas más. En breve trabajarán para que todos los pueblos de la provincia tengan un coordinador de la Fundación y palpar así la realidad social.
Cruz Roja atiende a 79 instituciones, de las que 75 son ayuntamientos. El año pasado entegaron directamente alimentos a 5.228 personas.
En el comedor de la parroquia de Belén el número de cenas ha descendido porque muchos inmigrantes se han marchado. Se están dando más de 60 comidas.