Los hechos ocurrieron sobre las 14.00 horas, horario en el que habitualmente suele haber un buen número de clientes que se dirigen y aglomeran en la sucursal antes de que ésta cierre. De hecho, la Policía baraja la posibilidad de que el atracador esperase al cierre de la oficina bancaria, donde aún había algunos clientes y todos los empleados, para acceder al interior.
En ese momento, un hombre armado se coló dentro y amenazó a los presentes, blandiendo un arma de fuego, con la intención de hacerse con el botín que tuvieran las cajas. Al parecer los hechos se sucedieron con rapidez y el atracador pudo hacerse con una cantidad que superaría los 1.800 euros. El delincuente, que actuó en solitario al menos dentro de la oficina, portaba un arma de fuego que, al parecer, tenía todos los visos de ser auténtica.
Los testigos presentes en el momento del suceso lo identificaron como un varón de entre 35 y 40 años, posiblemente de nacionalidad española según pudieron deducir por su acento los clientes allí presentes.
Tras hacerse con la cantidad anteriormente reseñada, el asaltante abandonó con prontitud la sucursal y se dio a la fuga a pie por la zona centro de la ciudad, momento en que se avisó a la Policía.
Dispositivo
Nada más tener conocimiento del atraco, la Policía Nacional dispuso de un amplio dispositivo para intentar detener al delincuente. Así, varias patrullas rastrearon la zona centro con una primera descripción de los clientes, sin que desafortunadamente tuvieran éxito.
Además, otros grupos de agentes se dispusieron en varios puntos de especial densidad de tráfico a esa hora. Así, los efectivos chequearon sin éxito a los integrantes de cada vehículo, sin que estas identificaciones tuvieran la respuesta esperada.
