La Red de Integración Social (RIS), formada por más treinta organizaciones de Jerez, ha advertido de una “tendencia al alza” de personas “viviendo en la calle, en recursos de alojamiento alternativos o aceptando vivir en infraviviendas no regularizadas y en malas condiciones como única alternativa a la ocupación”.
Esta circunstancia viene motivada por “la falta de un parque público” de viviendas “asequible”, la “subida de los precios” de los inmuebles particulares, “la proliferación de las viviendas turísticas” o los “excesivos requisitos” que exigen las inmobiliarias.
Entre estas personas se encuentran aquellas que “carecen de documentación actualizada” y por este motivo no pueden empadronarse ni domiciliar notificaciones de trámites importantes, están en situación de desempleo y no tienen recursos económicos ni sociales.
También aquellas que no están vinculadas a los servicios sociales comunitarios y no tienen conciencia de la necesidad de recibir ayuda, percibiendo además cierto rechazo como consecuencia de problemas de salud mental o adicciones.
Pero igualmente sufren estas carencias personas que salen de un centro penitenciario y carecen de redes de apoyo familiar y social, entre otros perfiles.
Todo ello favorece “un agravamiento de la problemática biopsicosocial” que se traduce en un aumento del consumo de tóxicos, “ya que en ocasiones es la única forma de inhibirse de la realidad”, deteriorándose además la salud física y psíquica y derivando en problemas de salud pública y convivencia vecinal.
La Red de Integración Social considera necesario “adecuar el Albergue Municipal a las necesidades y dimensiones reales tanto en infraestructura como en dotación de personal”, procurando “evitar” entre otras cosas la existencia de “grandes habitaciones compartidas que eliminan la privacidad y producen problemas de convivencia”.
Al mismo tiempo se advierte de que “nadie debería salir de un recurso público o privado sin un alojamiento digno y adecuado a sus características y necesidades”, abogando en este sentido por “promover la coordinación entre los distintos recursos y que los programas y proyectos dirigidos al alojamiento temporal no estén supeditados a convenios temporales”.
La creación de “un recurso de acogida de muy baja exigencia para perfiles muy concretos” o la rehabilitación de viviendas vacías son otras de las iniciativas que plantean estas organizaciones, que igualmente abogan por mejorar la coordinación entre los diferentes servicios municipales y “el tercer sector de acción social” o realizar “más convenios con la Sareb y llevar a cabo los acuerdos firmados”.
Además, y entre otras muchas iniciativas, se plantea la aplicación de una metodología de “puerta única” que permita “consolidar la red de plazas para personas sin hogar” de que actualmente se dispone, siguiendo el modelo desarrollado con éxito en otras provincias.
En la Red de Integración Social participan organizaciones como Ceain, Cruz Roja, El Salvador, Cáritas Diocesana, Proyecto Hombre, Hogar La Salle o Siloé, entre otras muchas.
