Un día antes, la AVV había criticado que lo que en principio iba a ser un centro público de mil metros cuadros iba a estar finalmente destinado a instalaciones de Juventud, quedando para la entidad unos “40 ridículos metros cuadrados”. Por ello los vecinos hablaron de “tomadura de pelo”.
Sin embargo, Rodríguez manifestó que “tanto el proyecto inicial como el proyecto final del centro cívico, incluso hasta la propia denominación del centro fue consensuado con la asociación vecinal”.
La federación de izquierdas mantiene que “Carmen Mayordomo nunca tomó una decisión sin contar con la dirección de la AVV. Es más, éstos han participado en la distribución de algunas aulas del propio edificio”.
Desde IU se insistió en que “el centro cívico, es un edificio municipal y por tanto de uso público, para toda la ciudadanía, con lo que los algecireños hemos ganado una infraestructura pública para el uso y disfrute de todos”.
El nuevo edificio cuenta con dos salas multiusos, una biblioteca, un auditorio, cafetería, salón multiusos, local de ensayo con cabina de grabación, local vecinal.