Unas pruebas grafológicas practicadas por el presunto asalto yihadista a A.R.H, el policía jubilado de 70 años el pasado mes de enero, así como una serie de “contradicciones” detectadas en sus versiones ofrecidas sobre los hechos, han acabado poniendo a este vecino de Jerez contra las cuerdas.Así lo aseguró ayer el propio subdelegado del Gobierno en Cádiz, Javier de Torre, que confirmó la detención del agente retirado el pasado martes tras determinar tener serias evidencias de que el autor de la pintada con la palabra “yihadista” en los muros del convento Santa Rita era el propio denunciante de los hechos. ¿Todo era mentira?¿Se autolesionó? ¿Él lanzó el cóctel molotov?
Visiblemente indignado, el acusado aseguró ayer a este periódico que sus compañeros se personaron en su domicilio a las 8.10 horas el pasado martes y lo llevaron “engañado” a Comisaría pidiéndoles que les acompañaran “para ampliar diligencias” contra la denuncia.
Una vez allí, tras ser objeto de una detención “ilegal”, le confirmaron, que estaba en las dependencias policiales en calidad de detenido por un presunto delito de denuncia falsa ante las contradicciones detectadas en sus declaraciones. En concreto, según el acta de declaración del detenido a la que ha tenido acceso este periódico, entre los argumentos expuestos para su imputación aparecen las versiones aportadas por el exagente, cuando en un primer momento dijo que fue asaltado por un individuo encapuchado que hablaba en árabe y le agredió con un arma blanca, y después se refirió a cuatro. Extremo que él niega.
“Yo siempre hablé de uno que fue el que se me abalanzó, y luego llegaron los otros tres y salieron huyendo”, apunta, mostrando a este medio las ampliaciones de denuncias realizadas. “¿Cómo voy yo a hacer las pintadas, y me voy a apuñalar yo mismo?¿Con el dinero que gano tengo necesidad de meterme en estos líos?, apunta en cuanto a la hipótesis de que detrás de una denuncia falsa esté su propósito de cobrar una prestación por ser víctima de atentado terrorista. Además, se le podría imputar un delito de incendio en grado de tentativa e incluso exaltación del terrorismo.
Acto seguido, muestra el parte del 061, al que él mismo llamó, donde se especifican las lesiones sufridas y se alerta del “olor a gasóil” en el calzado, después de que, según su testimonio, su pantalón prendiera cuando redujo al atacante para impedir que lanzara el cóctel molotov. La Policía, sin embargo, descarta en su informe técnico “la ausencia total de acelerantes de combustión”.
El exagente, que anuncia medidas legales contra la Comisaria, asegura que el giro que han dado los acontecimientos responden a una “venganza” por sus manifestaciones contra el comisario, José Antonio Fernández García-Camacho y niega haber sido sometido a pruebas grafológicas. Desde la Comisaría, por su parte, ni confirman ni desmienten, siendo la única comunicación oficial del asunto la del dubdelegado del Gobierno.
