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El Desconsuelo recuperará el esplendor de su paso de misterio

La Hermandad del Desconsuelo trabaja en la recuperación de su paso de misterio, que sufre los efectos del paso del tiempo y al que además faltan aún algunos de los elementos del boceto original de Guzmán Bejarano

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La junta de gobierno de la Hermandad del Desconsuelo plantea ya acometer una intervención integral en el paso de misterio de la cofradía que permita recuperar el esplendor perdido con el paso del tiempo e incluso completar la obra concebida en su momento por Manuel Guzmán Bejarano, que nunca llegó a materializarse. Los trabajos han comenzado ya a ejecutarse y empezarán a ver sus frutos la próxima Semana Santa. En concreto, está previsto el estreno de una nueva mesa que sustituya a la actual, que se encuentra en muy mal estado y que ha provocado tensiones tanto en los respiraderos como en la canastilla. 
Por otra parte, en los últimos años el paso ha padecido problemas de humedades que han obligado a redorar algunas piezas, lo que se ha traducido a su vez en la aparición de distintas tonalidades a lo largo del conjunto. La intención de la junta que preside Francisco Zurita es reintegrar todo el dorado de la canastilla y los respiraderos.
Con todo, lo más significativo del proyecto en el que trabaja la hermandad es la firme intención de la junta de gobierno de completar el diseño original de Guzmán Bejarano. El boceto del artista sevillano contemplaba que todas las cartelas del paso se ejecutaran en plata de ley. Pocos años después de estrenado el paso se inició este proyecto, pero únicamente se actuó en las cartelas que se distribuyen a lo largo y ancho de la canastilla, quedando pendientes las de los respiraderos.
De igual modo, el boceto incorporaba una pequeña crestería y otros detalles que nunca llegaron a ejecutarse. Es intención de la junta aprovechar este proceso de restauración para completar todos esos trabajos que quedaron pendientes.
Además, también se ha previsto la restauración de toda la imaginería que se distribuye por la canastilla y los respiraderos.
El paso, de estilo barroco, se comenzó y estrenó en 1968, concluyéndose su ejecución en 1970. Fue realizado por Manuel Guzmán Bejarano, cuyo taller asumió también el trabajo de dorado. Cuenta con seis candelabros y un total de 54 puntos de luz. La canastilla tiene un perfil con mucho bombo y unas enormes cartelas rodeadas por unos angelitos en diferentes posturas. En 1973, en la canastilla y en los respiraderos se colocaron dentro de las cartelas, ocho medallones de plata de ley, obras de Francisco Fernández Barranco. Este trabajo posterior, que quedó inconcluso, es el que pretende culminarse en estos próximos años.

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