Sortear excrementos de perros se ha convertido ya casi en el deporte nacional obligado para los vecinos de La Canaleja, que estos días han denunciado en las redes sociales el “estercolero” en el que se ha convertido su urbanización de un tiempo a esta parte por el comportamiento incívico de algunos dueños de las macostas del barrio. Lógicamente, tal sucesión de deposiciones caninas deriva en problemas de olores y de insalubridad que los residentes están hartos de denunciar.
Se trata de una de las urbanizaciones de VPO y de renta libre más numerosa de Jerez, donde se concentran familias jóvenes con niños pequeños, a los que tienen que prestar vigilancia extra para que no caigan ni toquen el suelo de la avenida, lo cual en la práctica supone una verdadera carrera de obstáculos para sus padres. “Tienes que ir esquivando mierdas a cada paso que das. Las aceras dan asco. No se puede ni andar y lo peor de todo es que las entradas a la urbanización tampoco se libran, sobre todo de pipí de los perros, pero la culpa no es de ellos, es de sus dueños”, se quejan vecinos de estos bloques con fotos denuncia, reclamando más mano dura al Ayuntamiento para acabar con esta situación.
No es el único barrio de Jerez que sufre esta problemática ni mucho menos, pues en la práctica, salvando zonas puntuales, el cúmulo de cacas de perros en la vía pública se repite en los barrios de Jerez pese a las campañas de concienciación y a la nueva ordenanza puesta en marcha en Jerez y en numerosas ciudades de todo el país.
Multas de entre 75 y 500 euros
La Ordenanza Municipal sobre Protección y Tenencia de Animales de Compañía y Potencialmente Peligrosos actualmente en vigor contempla sanciones entre 75 y 500 euros para los propietarios de mascotas que sean pillados in fraganti sin recoger las cacas de sus perros. A estas multas hay que sumar los llamamientos reiterativos de Medio Ambiente a los ciudadanos. Los vecinos reclaman más personal que sancione a los dueños de mascotas que obvien la ordenanza .