Vaya por delante que no tengo nada contra Halloween, me parece una fiesta divertida y una ocasión para que los niños se disfracen y sobre todo, se diviertan, pero cada año que veo llenarse Sevilla de calabazas naranjas y esqueletos sonrientes pienso lo mismo. Puestos a importar costumbres foráneas, ¿por qué no importamos las Hogueras de San Juan que son tan hermosas y están también llenas de leyendas de carácter sobrenatural? Como la temible Santa Compaña de Galicia que se aparece en los cruces de los caminos para pedir el alma de quien pronto dejará el mundo de los vivos en medio de un silencio sepulcral que de vez en cuando es interrumpido por una campanita y los rezos fúnebres del rosario. Para rematar la faena dicen que quien recibe la visita de la Santa Compaña morirá antes de un año. No me diga usted que no tiene bemoles la cosa. Pero hay más.
Los “caballucos del diablo” que son tres caballos con alas que cruzan el cielo la Noche de San Juan atraídos por la luz de las fogatas y dando un susto de muerte a aquellos que tienen la mala fortuna de verlos.
¿Sigo? Pues para aquellos que tienen el capricho de hacer rituales y conjuros para comunicarse con sus seres queridos (dicen que la Noche de San Juan las puertas que separan el mundo de los vivos y el mundo de los muertos se abren), cuidado con el sitio y la hora. Si se ponen frente a un espejo con la luz apagada y esperan a las 12 en punto de la noche, que es cuando empieza esta festividad, recibirán una visita no deseada. Tienen que mantener los ojos cerrados para los último minutos antes de las 12, y luego abrirlos cuando sea la hora, así dicen que podrán ver al diablo en el espejo. (Alguno que otro puede verlo todo el año a cualquier hora ¿verdad?).
Y así podría seguir, porque son innumerables las leyendas, los conjuros, los rituales que hermosamente rodean esta noche de fuego, agua y naturaleza. Noche de misterios, de purificaciones, de luces y de sombras. Crean o no en ellos, no pueden negarme el atractivo de esta noche mágica. Mucho más enriquecedora que cualquier calabaza o cualquier derroche de ketchup sangriento. ¿O no?