Más de 1.700 víctimas de la violencia de género cuentan con protección policial en la provincia de Málaga; la Diputación atiende a 614 mujeres víctimas de violencia de género y a 23 hijos menores en lo que va de año; la Policía Local detiene en lo que va de año a 120 hombres por violencia de género; el servicio de Urgencias del Hospital Regional Universitario de Málaga ha realizado, en lo que va de año, un total de 116 atenciones de violencia de género y el 41% de las mujeres habían sufrido varios tipos de violencia, el 51% de ellas, física. Son algunas de las cifras y datos que se dan con motivo del 25 de Noviembre, el día contra las violencias hacia las mujeres, pero, sin entrar a cuestionarnos la eficacia o validez de estas fechas señaladas, más allá de los números hay que recordar que detrás siempre hay mujeres y niños, y vidas destrozadas.
Por eso, ha sido tan enriquecedor el testimonio hecho público al hilo de esta efemérides por Sandra, la joven agredida por ácido en Cártama presuntamente por la que era su pareja, El Melillero. En la misiva, se dirige en primer lugar a los políticos a los que pide: “Por favor, dejad de mirar hacia otro lado y empezad a pensar más en nosotras, las mujeres. Quiero pediros que adecuéis las leyes a los hechos, y que penséis que estos individuos jamás se reinsertan en la sociedad. Creéis que sí, y cuando vuelve a ocurrir intentáis justificar lo sucedido, pero en realidad cada nueva oportunidad que dais a los agresores es una oportunidad que le quitáis a otra mujer, y los datos de reincidencia lo confirman”.
Y también, se declara partidaria de la prisión permanente revisable para este tipo de delitos, “ya que los agresores atentan contra la dignidad y los derechos de las mujeres solo por ser mujeres”, y señala que “quiero sentir que mi país me valora, me protege y me cuida frente a esta lacra”. Además, les reclama “más inversión en educación, la herramienta más eficaz para eliminar los estereotipos y sesgos de género en las generaciones futuras”.
Sandra se dirige también en general a todas las mujeres porque considera que “cada una de nosotras somos únicas, especiales e irremplazables. Hemos demostrado que juntas somos más fuertes. Unamos nuestras fuerzas, hoy y todos los días, y seamos un gran ejército en la lucha por nuestros derechos. Os quiero libres y vivas”. Y tiene también “un mensaje especial para aquellas mujeres que están pasando por una situación de violencia” a las que indica que sabe “que es muy difícil, que el pánico nubla la mente y no nos permite ver con claridad” y a las que pide: “Quiero que te aferres a tu niña interior y no permitas que nadie vulnere tus valores. Pide ayuda, siempre hay personas que te van a tender la mano”.
Como puso ayer sobre la mesa CCOO de Málaga, el confinamiento aumentó los riesgos para las mujeres, por lo que pidieron a las administraciones públicas aumentar las políticas activas de empleo dirigidas a mujeres víctimas de violencia de género y mejorar sus condiciones laborales, porque “la dependencia económica las ata a sus maltratadores”.
Motivos para estar hartas
La Plataforma contra las violencias machistas -Violencia Cero dejó muy claro ayer en su manifiesto ‘Estamos Hartas de tantas violencias’, dónde hay que actuar: “Hartas de que el 57,3% de las mujeres hayan sufrido en España algún tipo de violencia machista.; hartas porque 1.118 hombres han asesinado a mujeres que parejas o ex parejas, desde 2003, según datos oficiales; hartas porque 43 menores han sido asesinados desde 2013 por la violencia machista; hartas porque 326 menores han quedado huérfanos desde 2013; hartas de que 43 mujeres hayan sido asesinadas en 2021; hartas del machismo que ha asesinado a 5 menores en 2021; hartas del aumento de la violencia sexual por hombres solos o en manadas; hartas de la justicia patriarcal, que en vez de protegernos, nos revictimiza; hartas de que la justicia siga aplicando el falso Síndrome de Alienación Parental (SAP); hartas de que se condene a las madres protectoras de sus hijas e hijos; hartas de que ingresemos en prisión y nos quiten la custodia de nuestros hijas e hijos; hartas de que España sea el primer país de la Unión Europea en el consumo de prostitución de mujeres y niñas; hartas del ataque a los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y el acoso a las clínicas acreditadas para las interrupciones voluntarias del embarazo; hartas de que nos exploten y nos paguen un 24% menos que a los hombres; hartas de la persecución contra el movimiento feminista y las defensoras de los derechos humanos; hartas de que el pacto de estado contra la violencia machista, haya quedado en papel mojado; hartas del silencio institucional ante las violencias machistas; hartas de la de violencia que sufren las mujeres en el tránsito y en los campos de refugiadas; hartas de que la comunidad internacional mire para otro lado ante la situación de las mujeres, niñas y niños y del conjunto de la población afgana”.