Los hospitales italianos y sus servicios de urgencias atraviesan graves problemas por el elevado número de pacientes contagiados de covid-19 en el país y en algunos, como los de Nápoles (Campania, sur), los médicos temen que sea necesario un "código negro" para establecer un orden de prioridad para curar a los enfermos.
"La situación es crítica, mucho peor de lo que parece, necesitamos ayuda y la necesitamos ahora. Roma debe decidir una medida drástica", aseguró este jueves el presidente de la Orden de los Médicos napolitanos, Bruno Zuccarelli, al revelar que todos los facultativos "están sometidos a un estrés inmanejable".
"Ni al día siguiente del primer confinamiento, ni durante la segunda y tercera ola, nuestra situación fue tan grave. Queremos evitar lo peor. Debemos actuar de inmediato. No nos obliguen a aplicar el 'código negro'", añadió a los medios, que revelan que las ambulancias se agolpan en las puertas de los hospitales en espera de que los pacientes puedan ser atendidos.
Italia alcanzó 219.441 nuevos contagios de coronavirus en las últimas 24 horas, el mayor número desde que comenzó la pandemia debido a la rápida difusión de la variante ómicron.
Además, la tasa de ocupación de los cuidados intensivos ha aumentado en la última semana al 15,4 % y la de las hospitalizaciones ha llegado al 21,6 %, según los últimos datos del Instituto Superior de Sanidad (ISS) publicados hoy, que también revelan que la incidencia se ha doblado en los últimos siete días, con 1.669 casos por cada 100.000 habitantes.
"La expansión de la variante ómicron ha puesto de rodillas a los hospitales, ambulatorios, consultorios médicos y redes de emergencia, y lo que emerge hoy es sólo la punta del iceberg. En una semana o dos como mucho, si no se interviene ahora, corremos el riesgo de ver en Nápoles lo que lamentablemente vimos en Lombardía hace dos años", dijo Zuccarelli, recordando los inicios de la pandemia en el norte del país.
Allí también se están registrando problemas graves y los servicios de emergencias de los hospitales, en particular de Milán, la capital económica del país, se encuentran bajo una enorme presión, debido a que muchos pacientes con síntomas leves no pueden contactar con sus ambulatorios y acaban en los centros médicos tras llamar a urgencias.
Además, los casos de covid-19 han aumentado de forma exponencial entre el personal sanitario y algunas zonas no disponen de trabajadores suficientes para conducir las ambulancias, como han denunciado los servicios de emergencia de la región de Lombardía, cuya capital es Milán.
Según los datos del ISS, hay más de 20.179 trabajadores sanitarios infectados, lo que supone que casi 6.500 se han infectado en sólo 72 horas, explican organizaciones del sector.
También hay graves problemas en la región del Lacio (centro), en particular en Roma, cuyas autoridades sanitarias han alertado de que algunos de sus hospitales no pueden atender a pacientes menos graves por la falta de camas disponibles, que están ocupadas en su mayoría por enfermos de coronavirus.
Un paciente estuvo desde el 31 de diciembre y hasta el 3 de enero en una camilla, dentro de una ambulancia, esperando para poder entrar en un hospital, porque no había camas disponibles, según el diario Il Messaggero, en el que varios trabajadores sanitarios denuncian las dificultades que atraviesan centros como el San Camilo, donde "el 60 % de las personas que se encuentran en el servicio de urgencias tienen que ser ingresadas".