Llevaría al país a unas quintas elecciones en menos de cuatro años
El Parlamento israelí dio hoy aprobación preliminar a su disolución, que aún deberá ser ratificada, previsiblemente el miércoles, y que llevaría al país a unas quintas elecciones en menos de cuatro años.
Tras una maratoniana sesión parlamentaria anoche, 53 diputados votaron en primera instancia a favor de disolver la Knéset (parlamento israelí), que ahora deberá aprobarse en dos instancias posteriores previstas para el miércoles.
Ante las dificultades para gobernar y sacar leyes básicas adelante por la negativa frontal de la oposición, el actual gobierno de coalición se vio obligado la semana pasada a anunciar su decisión de disolver el parlamento y adelantar elecciones, medida que debe aprobarse en el pleno de la Knéset.
Si bien inicialmente la oposición, encabezada por el ex primer ministro Benjamín Netanyahu, se propuso formar una coalición gubernamental alternativa en el actual parlamento antes de su disolución, sus esfuerzos no han llegado a buen puerto pese a sus intentos de retrasar la votación final para finalizar la legislatura.
Otra de las cuestiones que está demorando el procedimiento legal de la disolución es un desacuerdo en torno a la fecha de los comicios, que los partidos de la oposición quieren fijar para el 25 de octubre mientras que los de la coalición empujan por el 1 de noviembre.
Entre las temas en los que sí lograron ponerse de acuerdo figuran un aumento del presupuesto para los partidos durante la campaña electoral y la imposibilidad de aprobar nuevas leyes que interfieran en la campaña, sobre todo una que buscaba bloquear a Netanyahu de formar un gobierno en tanto no se resuelva el juicio por corrupción en su contra.
Una vez disuelto el Gobierno, el actual ministro de Exteriores, Yair Lapid, pasará a ocupar el puesto de primer ministro en funciones, en reemplazo del ultranacionalista Naftali Benet, cuyo futuro político es incierto.
De cara a los comicios, las primeras encuestas difundidas esta semana por medios locales no muestran grandes cambios en la intención de voto respecto a las elecciones anteriores y anticipan que ni el bloque derechista y religioso encabezado por Netanyahu, ni el grupo de partidos de todas las tendencias que se niegan a servir bajo el exmandatario obtendrían los apoyos necesarios para formar un Ejecutivo.
Continuando con la tendencia de las cuatro elecciones que tuvieron lugar entre abril de 2019 y marzo de 2021, el Likud de Netanyahu se posiciona como el partido con mayor cantidad de apoyos, pero dependerá del desempeñó electoral de sus aliados o de alianzas de último momento con otros partidos para volver al poder.