Fuentes de la investigación han señalado que entre esos indicios figuran la presencia de “históricos” de HB-EH-Batasuna en el acto de presentación de D3M, el modo de actuación de Askatasuna –muy similar al que en su día llevó a cabo el EHAK-PCTV– o la utilización en los actos de ambas formaciones de símbolos que ya aparecieron en los de los partidos ilegalizados.
Esos indicios han sido recogidos en los informes que los distintos cuerpos han remitido ya a la Fiscalía de la Audiencia Nacional, que abrió diligencias sobre D3M –posteriormente ampliadas a Askatasuna– para ir recopilándolos y enviarlos después al fiscal jefe de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo, encargado de redactar las eventuales demandas de ilegalización.
Las diligencias abiertas, según fuentes jurídicas consultadas en la Audiencia Nacional, servirían también para que la Fiscalía actuara en caso de que apareciera algún “ilícito penal”, cosa que no ha sucedido hasta el momento.
Históricos dirigentes de la izquierda abertzale, como Itziar Aizpurua, y otros que han encabezado listas electorales anuladas en anteriores convocatorias electorales, como Itziar Lopategi o Amparo Lasheras, fueron las encargadas de presentar públicamente la plataforma D3M el pasado día 10 en Bilbao.
Junto a ellas estuvieron otro veterano dirigente abertzale como Julen Aginako; Unai Urruzuno, que lideró la lista de ANV en Ondarroa que fue ilegalizada en 2007, o Idoia Ibero, que encabezaba la candidatura de ese mismo partido que fue ilegalizada en las últimas elecciones forales.
Las fuentes de la investigación consultadas aseguran que los informes elaborados hasta el momento señalan también que Askatasuna –un partido que ya se presentó a las elecciones autonómicas de 2001, en las que obtuvo poco más de 600 votos– está actuando de un modo similar al del EHAK-PCTV, tratando de formar sus listas con candidatos “limpios”.
Otro de los indicios que se aportan es, según las mismas fuentes, la exhibición en los actos públicos y anuncios en la prensa de D3M y Askatasuna de un símbolo que ya aparecía en los de algunas de las formaciones ilegalizadas hasta el momento.
Es un dibujo que juega con la forma de los siete territorios que integran Euskal Herria y que se asemeja a un corazón “humanizado”, con ojos y una sonrisa.
