El nuevo ministro francés del Interior, Matthias Fekl, asumió hoy el cargo en sustitución del dimisionario Bruno Le Roux en un momento que consideró "delicado" por la elevada amenaza terrorista, la lucha contra la inmigración ilegal y la proximidad de las elecciones.
En ese contexto, en el discurso de asunción del puesto, Fekl aseguró que tratará de "garantizar la continuidad del Estado" con particular atención a que las elecciones presidenciales de abril y mayo próximo se desarrollen "con respeto máximo a los principios democráticos".
El nuevo ministro reconoció que la lucha contra el terrorismo tendrá lugar "en un contexto de una gravedad excepcional y un nivel de amenaza excepcionalmente elevado".
También se comprometió a dirigir con una "determinación total" la lucha contra la delincuencia cotidiana y a afrontar "el reto nacional y europeo" que supone "el control de los flujos migratorios".
Fekl, que compareció junto a Le Roux, rindió homenaje a la decisión de su antecesor de abandonar el cargo después de que se abriera una investigación preliminar por los empleos que otorgó a sus hijas, desde que eran adolescentes, como asistentes parlamentarias.
El nuevo ministro afirmó que el anterior actuó así "con responsabilidad, con solidaridad con el Gobierno y con la voluntad de establecer su honestidad".
Le Roux, por su parte, deseó suerte a su sucesor y le pidió que trabaje para que las elecciones se desarrollen en el mejor clima posible "para que todos los ciudadanos puedan tomar su decisión de forma clara".
"Es un reto democrático que se suma a la carga de este Ministerio", señaló Le Roux.
El relevo en el Ministerio del Interior se produce en el tramo final de la presidencia de François Hollande, que había hecho de la lucha contra la corrupción una de sus banderas.
Le Roux tuvo que dimitir por acusaciones similares a las que frenan en los sondeos al candidato conservador al Elíseo, François Fillon, que empleó como asistentes parlamentarios a su esposa y a dos de sus hijos.